De ejercer la medicina en Lugo a hacer sidra en Riotorto en un edificio premiado: «Hai que apostar polo rural»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

RIOTORTO

Dolores Leivas recuperó la casa familiar y montó una sidrería ya premiada en el extranjero

13 nov 2023 . Actualizado a las 20:16 h.

Dolores Leivas ejercía en Lugo ciudad la medicina. Su padre era de Espasande de Arriba (Riotorto), y allí tenía manzanos que le servían para elaborar sidra. Hace años, alquiló su clínica y cambió su actividad: ahora tiene apartamentos turísticos en las Rías Baixas. Su marido, el arquitecto Manuel Eduardo López, es, según ella, un gran amante de la sidra. La profesión y la pasión de él se han unido en la citada parroquia riotortense, con resultados que no pasan inadvertidos.

Para poner en marcha un proyecto de elaboración de sidra, acordaron rehabilitar la vivienda familiar. El trabajo ha merecido este año un accésit en el Premio Juana de Vega, que reconoce la actuación de Manuel Eduardo López y de Belinda Yepes. Por otro lado, la sidra logró un galardón en un certamen celebrado en Letonia en septiembre.

El edificio cumple una función económica pero también social, dice Dolores Leivas.
El edificio cumple una función económica pero también social, dice Dolores Leivas. FUNDACIÓN JUANA DE VEGA

La agricultura que practicaba el padre de Dolores Leivas sigue presente décadas después. Ella y su marido siguen teniendo manzanos de las variedades cuidadas por su padre, compraron otras y pusieron en marcha de manera autodidacta una iniciativa que esperan ver crecer. Aprendieron leyendo, viendo y escuchando, y con esa experiencia funciona el proyecto, en el que hay además un empleado.

La primera producción fue de 5.000 botellas, que se van etiquetando a medida que se van vendiendo. Clientes de tiendas gourmet y vecinos de la zona son los compradores, algo en lo que se aprecia el criterio de Dolores Leivas: «Hai que apostar polo rural», dice. «O máis doado é non facer nada, pero iso non vale. Se non fas nada, acábase todo», reflexiona.

La expresión es, más que una idea genérica, una propuesta concreta. Su intención es hacer de la sidrería un punto de encuentro para las gentes de la zona y un lugar en el que se organicen actividades: ya ha tenido lugar alguna, como, por ejemplo, la presentación de un libro de la científica Sonia Villapol, natural del vecino concello de A Pastoriza.

La Adega Pedro Leivas presenta su bebida como un producto de artesanía, aunque en los planes de sus responsables no se descarta apostar por la producción ecológica. Lo que ya hay por ahora es una variada satisfacción. La primera se basa en haber restaurado una construcción familiar. La segunda se centra en la elaboración de sidra, algo que, como reconoce Dolores Leivas, se debe en gran medida al entusiasmo de su marido. La tercera se abre al entorno: la médica que cuida sus orígenes riotortenses se muestra satisfecha de tener un inmueble que vale «para xuntar á xente».