Pedro Ferreiro Mazón: «En Salamanca, con otros estudiantes, creé el Centro Gallego»

Antón Grande

RIOTORTO

Pedro Ferreiro delante de su antigua consulta en la rúa San Froilán.
Pedro Ferreiro delante de su antigua consulta en la rúa San Froilán. ALBERTO LÓPEZ

Fue presidente de la Academia Médico Quirúrgica de Lugo

05 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Ferreiro Mazón (Riotorto, 1934) se considera, a pesar de su nacimiento por tierras de Miranda, un lucense más. Se daba la circunstancia de que sus abuelos eran de aquella localidad y allí fue su madre a dar a luz, aunque al poco tiempo se vinieron para Lugo en donde se crio y en donde pasaba muchas horas en la cafetería Europa, que regentaban sus abuelos y que posteriormente pasaría a ser el bar Kennedy, en las proximidades de la puerta de San Fernando.

Comienza el bachillerato en los Maristas de Lugo y lo continúa en el entonces Instituto instalado en los bajos de la Diputación. Marcha luego a Salamanca para estudiar medicina y allí, con otros amigos también estudiantes fundan el Centro Gallego. Para inaugurarlo invitaron a unas cuantas chicas también estudiantes y una de ellas, pasado el tiempo, se convertiría en su esposa.

Médicos los dos, se trasladan a Pamplona en donde trabajaron un año para marchar después a Oviedo y regresar posteriormente a Lugo. Aquí Pedro Ferreiro, especialista en medicina interna y aparato digestivo, montó una clínica y para ella compró un intensificador de imágenes dentro del equipo de Rayos X que fue el primero en instalarse en España.

De sus reuniones diarias para tomar el café con otros colegas decidieron un día fundar la Academia Médico Quirúrgica de Lugo, de la que fue presidente.

También hizo sus pinitos en política siendo de los primeros en formar parte de CD, que luego sería AP, de la que sería presidente provincial y aunque le ofrecieron en distintas ocasiones ocupar algún cargo político, siempre renunció porque lo que quería ser, por encima de todo, era médico y no estaba dispuesto a renunciar a su profesión por la política.

Ahora jubilado sigue teniendo como afición la medicina en la que procura estar al día. También le gusta atender a unos montes que tiene así como viajar por la península con un grupo de amigos con los que realiza tres viajes al año.

Los tres rincones

En cuanto a sus tres rincones favoritos están la zona de San Fernando, el parque Rosalía de Castro y la zona de la Praza do Campo.

«En San Fernando y aledaños —explica— pasé una gran parte de mi vida. Allí me crie, jugaba con otros niños del barrio y estaba con mi abuelo en su cafetería. Pero es que además, andando el tiempo, tuve allí mi vida profesional pues allí tenía mi clínica y es en donde vivo. A ello hay que añadir que allí me juntaba con mis amigos a hacer tertulia en el desaparecido bar Kennedy, que anteriormente había sido de mi abuelo o sea que esta zona, para mí, es como la segunda casa además del piso en que resido».

El segundo lugar elegido por Ferreiro Mazón es el parque Rosalía de Castro, sobre todo por la tranquilidad que allí se respira y por las vistas aunque en este aspecto se muestra bastante crítico.

«Desde la pérgola del parque —comenta— había una vista maravillosa de todo el valle del Miño y aun se conserva en parte pero hace años, en los inicios de bajada a las Cuestas, plantaron una hilera de árboles sin pensar que los árboles crecen con el tiempo, de tal modo que ahora constituyen una muralla verde que impide deleitarse con la vista del valle».

El parque Rosalía de Castro es uno de sus rincones preferidos.
El parque Rosalía de Castro es uno de sus rincones preferidos. ALBERTO LÓPEZ

En cuanto a la Praza do Campo él, como muchos otros jóvenes de su época y de generaciones posteriores, la tenían como lugar de reunión, de paseo o de tomar unos chatos de vino cuando la economía lo permitía.

«En esta zona pasé también mucho tiempo y guardo de ella muchas vivencias porque era el núcleo de mi vida juvenil pero también porque allí estaba Acción Católica, en la rúa da Cruz, organización a la que pertenecía y en la que participé en muchas de sus actividades mientras permanecí en Lugo», añade. Ahora Pedro Ferreiro se entretiene en su clínica, ya cerrada a los pacientes pero a dónde acude con frecuencia para estudiar y ponerse al día con publicaciones médicas, paseando, o haciendo tertulia al mediodía con sus amigos.

La Praza do Campo fue uno de los núcleos de su vida juvenil.
La Praza do Campo fue uno de los núcleos de su vida juvenil. ALBERTO LÓPEZ