La histórica panadería Piña de Portomarín cambia de manos: «Empezamos traballando de doce da noite a dúas da tarde»

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA PORTOMARÍN / LA VOZ

PORTOMARÍN

La pandería es conocida por ser la única que elabora empanadas de anguilas
La pandería es conocida por ser la única que elabora empanadas de anguilas OSCAR CELA

Bianca y Jonathan, una joven pareja de Lugo, sigue haciendo las recetas tradicionales, como la empanada de anguilas

31 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La histórica panadería Piña de Portomarín continúa sus más de 60 años de andadura aunque en unas manos nuevas. Bianca de San Juan y Jonathan González, de 27 y 30 años, se pusieron en el mes de abril al frente de su primer negocio cogiendo el relevo de la única panadería del concello. Por si la responsabilidad era poca, tenían la presión de mantener la aclamada receta de la empanada de anguilas. Con mucho trabajo, concretamente jornadas de hasta 14 horas, y con el apoyo de la familia propietaria están sacando adelante el negocio con éxito.

La panadería Piña funciona desde 1966, cuando la abrió el matrimonio de Manuel Pérez y Manuela Vázquez. El negocio se hizo famoso por aprovechar la materia prima estrella de Portomarín, las anguilas. Fueron los únicos, y siguen siendo, que empezaron a elaborar empanada de anguilas. Tras el matrimonio, el gerente de la panadería pasó a ser su hijo, Alberto Pérez. Pero hace un año, el lucense falleció a los 56 años en un accidente en la propia panadería. Su mujer, Margarita Vázquez y Marco, uno de sus hijos, decidieron no continuar con el negocio familiar.

Fue entonces cuando se presentó la oportunidad a la joven pareja lucense. «Os dous traballamos xa en hostalaría e decidimos animarnos cando vimos que se alugaba esta panadería», cuenta Bianca. La pareja vive en Lugo y recientemente fueron padres, sus inicios en la panadería Piña fueron en temporada alta y no controlaban algunas de las recetas. Pese a ese cóctel de dificultades: «Estamos moi contentos».

48 horas trabajando sin parar

El negocio de Portomarín nutre a todo el concello, algunos limítrofes con todas sus respectivas fiestas, y llega hasta la comarca de A Ulloa. La demanda no es poca y justo cuando los jóvenes volvieron abrirla, coincidió la Festa da Augardente. «Creo que traballamos 48 horas seguidas sen descansar, non dabamos abasto para a festa, os veciños e os peregrinos», recuerda la lucense. Es por eso que agradece la ayuda de Margarita Vázquez, tanto para echarles una mano como para enseñarles las recetas clásicas. «Naquelas festas debemos vender unhas 300 empanadas».

Precisamente en abril y mayo el tránsito de peregrinos comienza a dispararse y los negocios reabren. «Traballábamos dende as 12 da noito ata as dúas da tarde para dar feito todo», explica Bianca, que no tiene a nadie contratado sino que solo son ella y su pareja. Cada madrugada, preparaban unas 40 empanadas, además del pan, los dulces y las tartas. A primera hora de la mañana, también se encargan del reparto ellos mismos por todos los concellos. Aprender a organizarse en cantidades y tiempos fue todo un reto para los jóvenes emprendedores: «Os meses de temporada alta foron unha locura, pero xa aprendimos a lección».

A partir del mes de octubre, cuando vuelven a cerrar los negocios y ya son muchos menos los visitantes que quieren probar las delicias locales, pudieron reducir su jornada desde las 4 de la madrugada hasta las dos de la tarde.

Pan, empanadas y dulces

Los productos de la panadería Piña siguen siendo los mismos que los de la histórica familia. Hay empanadas de varios sabores, tardas, pan y otros dulces. Aunque Jonathan ya sabía algo de repostería, para la pareja muchas elaboraciones eran desconocidas. «Tivemos que aprender de Margarita», explican. La técnica más mimada es la de la empanada de anguilas. «Ten a súa complicación, as anguías chegan vivas, hai que matalas en cinzas e despois destripalas e preparalas, non sabíamos ben como era». Tras mucho esfuerzo, conservan el famoso producto que Alberto Pérez conseguía enviar hasta Barcelona. Ahora, Bianca y Jonathan lo distribuyen solo hasta Lugo: «Segue habendo moita demanda, é un local histórico».