jorge casanova
Menuda y pizpireta, inmensamente libre, Benedicta Sánchez (O Corgo, 1935) me deslumbra con su historia de mujer invencible. A veces, yo pregunto una cosa y ella responde otra. Ella gobierna la entrevista mientras yo pienso en el poco espacio del que dispongo para albergar semejante relato. Lo que van a leer es el resumen del resumen.
-¿Cómo está pasando este verano tan raro?
-A mí me encanta el sol. Es una tontería esto que voy a decir, pero mis padres fueron emigrantes en Cuba y, al regresar, tenían un niño de casi 9 años así que, en alta mar, fueron a buscar la nena. Por eso digo que en mis genes hay trópico. Así que, desde pequeña, ya buscaba el sol como los lagartos. Yo emigré a Brasil y allí hay una gente maravillosa y un clima fantástico. ¡Qué libertad da ese clima!