Así es el singular centro de visitantes de Castromaior, un «monumento» de hormigón

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA PORTOMARÍN / LA VOZ

PORTOMARÍN

Óscar Cela

El edificio de interpretación del poblado de Portomarín es una obra arquitectónica inédita, con lareiras y parladoiros geométricos, que no requiere mantenimiento

30 mar 2022 . Actualizado a las 10:58 h.

Uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del noroeste peninsular, el de Castromaior, en Portomarín, y el único del Camino de Santiago, ya cuenta con un centro de interpretación que es, sin duda, de los más singulares de la provincia. El premiado arquitecto coruñés Carlos Pita ganó el concurso público del Ministerio de Transportes para crear el centro, que fue inaugurado este martes. El resultado es un «monumento» de hormigón abierto, sin puertas ni ventanas, en el que crecerá la vegetación libremente. Por el momento, es un lugar de descanso para los peregrinos, pero el Concello lo musealizará.

El poblado de Castromaior, datado entre los siglos V a.C. y I d.C., se excavó hace 13 años, pero no fue hasta el 2020 cuando se hizo un acondicionamiento óptimo, por parte de la Xunta de Galicia. Desde el verano pasado, los restos del castro de la Edad de Hierro lucen una mejor conservación y están estabilizados. Potenciar esta joya arqueológica sigue siendo un trabajo de todas las administraciones, por eso el Ministerio de Transportes, Mobilidade e Axenda financió la creación del centro de visitantes. El edificio se terminó hace apenas unas semanas y este martes fue inaugurado por el alcalde de Portomarín, Pablo Rivas, el Delegado de Gobierno en Lugo, José Miñones y la subdelegada de Gobierno en Lugo, Isabel Rodríguez. 

Actualmente el interior está vacío, pero el gobierno local de Portomarín anunció que lo musealizará para aportar información sobre el castro. Se encuentra a los pies del Camino de Santiago, de hecho, la actuación del centro, que tuvo una inversión de 313.000 euros, también recuperó el trazado original de la ruta jacobea, que cruzaba el castro. Aunque por el momento no haya información que ver, el propio edificio de interpretación es una obra visitable. Se trata de una creación arquitectónica singular con un estilo inédito entre las construcciones públicas de las provincia. 

Arquitectura tradicional gallega de hormigón

El director de obra es el coruñés Carlos Pita, que se marcó como objetivo «construir un novo monumento no Camiño que poida servir de referencia para toda a arquitectura galega». El centro se asienta solamente sobre gruesos muros de hormigón, no tiene ni puertas, excepto la del servicio, porque está totalmente abierto. «Es una arquitectura muy pura». Nadie tiene que vigilarlo. «Dotar a Portomarín dun equipamento que lle supoñera un gasto era un regalo envenenado», explica Pita. Por eso, creó un centro de nulo mantenimiento «seguindo o modelo das capelas románicas do Camiño, que están nas aldeas e os propios veciños son as que as coidan».

El aquitecto Carlos Pita en la sala principal del centro
El aquitecto Carlos Pita en la sala principal del centro OSCAR CELA

En su interior está vacío, tan solo cuenta con troncos de madera que hacen de banco en alguna de las salas. Tampoco tiene ventanas. Las diferentes partes del centro parten de un espacio central «casi sagrado», que consiste en un cuarto de hormigón con unas paredes altas y una iluminación cenital. A su alrededor, se establecen el resto de habitaciones para acoger a los peregrinos. Algunas de ellas son referencias a espacios de la arquitectura gallega, como parladoiros o lareiras, que ya fue estrenada por algunos caminantes. Estos elementos también se pueden ver en los marcos de hormigón de los huecos de las puertas, que están marcados con jambas. «Quixemos buscan una monumentalidade moi anclada ao lugar», explica Pita.

El edificio de hormigón no está protegido a las inclemencias del tiempo, sino que tanto en el tejado, que se puede recorrer, como en los patios interiores, la vegetación crece a su antojo. «O seu mellor momento será dentro de dous anos, cando se mimetice e pareza que sempre estivo aquí, como unha construcción atemporal», argumenta. De hecho, la idea de la construcción también fue trabajar con la figura de las ruinas de los monasterios o las iglesias. Otro de los aspectos naturales que aprovecha el centro es la «presenza xeográfica do lugar», de manera que cuenta con una gran sala abierta orientada a las montañas de Lugo, desde la que se ve Pedrafita do Cebreiro, el inicio del Camino en Galicia.

Esta creación, que está sirviendo de parada de descanso para los caminantes antes de adentrarse en Castromaior y continuar la ruta, ya formó parte de exposiciones arquitectónicas a nivel nacional, como afirmó Carlos Pita.