Denuncian al alcalde de Pol por una agresión durante un partido de fútbol: «Colleume polo pescozo e ameazoume de morte»

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

POL

Alberto López

El regidor intentaba que el aficionado se bajase de un andamio, donde asegura que no podía estar: «Para min é un canalla, a min téñenme que facer caso, que son unha autoridade», dice

07 mar 2023 . Actualizado a las 10:54 h.

«Díxome que non lle saía das narices que tocase o bombo, así que me colleu polo pescozo a traizón e quixo tirarme desde a plataforma na que andaba subido». De esta forma relata un joven aficionado del Club Deportivo Portomarín, un equipo de fútbol que participa en la Primera División Regional lucense, cómo fue víctima de una supuesta agresión perpetrada por Lino Rodríguez, alcalde del municipio lucense de Pol. Por eso, este lunes acudió al puesto de la Guardia Civil del ayuntamiento para presentar una denuncia contra el regidor. Rodríguez, por su parte, confiesa que «o que fixen mal foi agarralo», pero niega cualquier agresión. Defiende que solo trataba de que bajase de un andamio en el cual «non podía estar».

Todo sucedió pasadas las 18.30 horas de este domingo. Brais Rodríguez, de 27 años, explica que llegó al campo de fútbol junto a su pareja y dos menores, y preguntó al utillero del Pol si podía colocarse en la estructura metálica ubicada en el recinto para uso de la prensa cuando juega el filial del Club Deportivo Lugo. En los partidos del Pol es donde se ubican los aficionados o los miembros de la directiva. «O utillero díxome que xusto debaixo non podía, pero que se me subía a un lado non había problema», explica. Entonces, el aficionado del Portomarín se ubicó allí con sus compañeros y empezó a tocar el bombo para animar a su equipo, artilugio que siempre lleva a los partidos del Breogán. «Non imos moito a ver ao Portomarín, pero onte xogábase ascender a rexional preferente e por iso fomos. O bombo lévoo utilizando toda a vida no baloncesto», explicó.

La sucesión de los hechos

Una vez empezó el partido, «un señor que non sabía nin que era o alcalde díxonos que non quería que estivésemos alí», narra el joven. Lino Rodríguez, por su parte, dice que les trasladó que «non podían estar alí porque o andamio non é para subir xente, había unha cinta que o prohibía e quitárona». El joven no se movió y, pasado un tiempo, el regidor regresó para «charmarnos a atención por segunda vez de moi malas maneiras» ordenándole que dejase de tocar el bombo porque le estaba molestando. Rodríguez, al que Brais no había identificado, le advirtió entonces que iba a llamar a la Guardia Civil «e nós díxemoslle que a chamase porque non estábamos molestando nin ameazando a ninguén». Y eso hizo. Rodríguez asegura que los jóvenes «mofáronse de min», por lo que fue junto a los agentes para echar a los aficionados de donde estaban, pero no lo acompañaron.

Fue después del segundo encontronazo, cuando el alcalde de Pol supuestamente regresó por detrás de Brais y le tiró de la cinta del bombo y de la camiseta para intentar bajarlo de la estructura, de unos cuatro metros de altura, según relata el aficionado. «Colleume polo pescozo e ameazoume de morte», asegura. El regidor socialista confiesa que «o que fixen mal foi agarrarlle pola cinta para que saíran», pero niega cualquier jaleo o agresión. «Non houbo nada máis, veu a Guardia Civil e mandounos para abaixo».

«Denuncia, denuncia, denuncia... que me da igual, que tú no eres nadie»

Ya después de bajar del andamio, según el joven, el alcalde siguió tratando de abalanzarse sobre él. En la denuncia, se explica que el político le llegó a decir «denuncia, denuncia, denuncia... que me da igual, que tú no eres nadie». 

Sin embargo, sí que hubo revuelo entre la afición porque el árbitro tuvo que parar el partido, como quedó reflejado en el acta. En el minuto 44 del encuentro, el árbitro dejó registrado que «un aficionado del equipo visitante estaba tocando un bombo y en ese momento observo como una persona se acerca a él y comienza a agarrarlo por el cuello, arañarlo y empujarlo. El andamio tiene unos cuatro metros de altura y este aficionado, que posteriormente fue identificado por el delegado de campo y jugadores del club local como el alcalde de Pol, continuaba empujando y zarandeando al aficionado del bombo con riesgo de caer desde esa altura al suelo». 

El aficionado del Portomarín asegura que «deixoume cardenais, marcas no pescozo e arañazos», por lo que fue hasta el centro médico para documentar sus lesiones. Además, aclaró que «non lle puxen a man enriba en ningún momento, foi el». Brais asegura que no sabía que era el alcalde de Pol hasta que se lo dijeron al terminar el enfrentamiento: «O peor foi o susto e os nervios no corpo porque non é o mesmo que che pase cun cidadán que co alcade, que como cargo público non pode actuar así e menos nun partido de fútbol que non ten importancia». A media mañana de este lunes, el joven aficionado se presentó en el puesto de la Guardia Civil para denunciar los hechos. 

Lino Rodríguez declaró que si la denuncia sigue adelante, ya la atenderá «no seu momento», y defiende que «a min téñenme que facer caso, que son unha autoridade», por lo que critica la actitud del aficionado, «para min, é un canalla», y también de la Guardia Civil por no acompañarlo desde el primer momento. «Son o alcalde e non quería que houbese ninguén subido ao andamio por se se mancaba, así que faltoume ao respeto no momento no que lle dixen dúas veces que baixara e non me fixo caso», aseguró el regidor.

El PSOE, partido al que pertenece el regidor, no emitió ningún comunicado al respecto tras el suceso.

Cuatro mandatos con polémicas

Lino Rodríguez es alcalde de Pol desde el año 2007. Sus cuatro mandatos no han estado exentos de polémica. En su día, estuvo denunciado por acoso laboral. La exsecretaria-interventora del Concello de Pol presentó una querella en febrero del 2015, ya que se consideraba acosada por el alcalde desde que comenzó a trabajar en el consistorio en abril del 2013. La mujer afirmaba que el alcalde la obligaba a realizar tareas con el único objetivo de menoscabar su dignidad. Llegó incluso, según decía la afectada, a quitarle el radiador de su despacho para llevarlo al tanatorio municipal. La causa acabó archivada en el 2016. 

Ya en el año 2020, el alcalde fue denunciado por la Guardia Civil por saltarse el confinamiento. En abril del 2020, un agente lo propuso para sanción tras darle el alto en la carretera, preguntarle a dónde se dirigía y el regidor dar una respuesta que no justificaba su desplazamiento en ese día y lugar, aunque manifestó que era el alcalde. Fue el primer caso que salió a la luz en la provincia de Lugo de un regidor multado, aunque Lino Rodríguez aseguró en su día que se movía con frecuencia por su concello a bordo de un vehículo todoterreno para ir al consistorio a hacer gestiones.