A Pedrafita se sube quemando embrague

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

PEDRAFITA DO CEBREIRO

Las averías fueron habituales en los accesos a Pedrafita este fin de semana.
Las averías fueron habituales en los accesos a Pedrafita este fin de semana. REBECA

Los talleres y grúas de la zona afirman haber atendido más de una veintena de averías en los últimos cuatro días causadas por la lenta subida a O Cebreiro desde la A-6

17 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Quemando embrague. Así subieron miles de personas la A-6 hasta Pedrafita do Cebreiro este martes. A pesar de que autoridades y usuarios esperaban que esta jornada fuese más tranquila que el caótico fin de semana de Operación Salida (lunes festivo incluido), las previsiones se quedaron en agua de borrajas en cuanto el reloj superó el mediodía.

Las colas se hicieron interminables ya antes del túnel de San Pedro, a dos kilómetros de la salida que envía a los conductores a Pedrafita do Cebreiro por la N-6. El tramo, de una ligera pendiente de subida, provocó, además de retenciones, muchos problemas mecánicos. Entre las doce y las tres de la tarde, varios coches se quedaron tirados en el arcén con problemas logísticos antes incluso de poder llegar a Pedrafita. Allí, el aparcamiento ubicado a la entrada de la localidad era más parecido a un cementerio de vehículos.

El taller de Cereijo, situado muy cerca, recibía coches cada poco tiempo. Todos, con el mismo diagnóstico. «Queimou o embrague subindo para aquí!», resumía un mecánico, que asistía a una familia de madrileños que esperaban a que la grúa remolcase su coche, estacionado en una calle de Pedrafita. Ese pedal, que tanto sufre en una subida tan lenta como la del desvío de la A-6 hacia la N-6 en Pedrafita, fue la causa de más de dos decenas de averías en los últimos cuatro días. 

Casi treinta asistencias en un fin de semana

«Desde o venres ata hoxe, entre Pedrafita e Becerreá, debemos ter asistido a casi trinta vehículos, todos co embrague queimado», resumía el trabajador, que no había ni podido parar para comer cuando el reloj marcaba ya las cinco de la tarde de este martes. La lentitud del tráfico, sumada a los continuos tirones que sufre el embrague al ser pisado tan a menudo y durante tan poco tiempo, provoca que, en una cuesta arriba, el olor a quemado que desprenden algunos coches sea la mejor representación de una potencial avería. 

«O que hai que facer é non telo pisado se estamos parados. Só hai que facer presión cando sexa estrictamente necesario. Se non, vaise acabar queimando», sopesa el mecánico, que recomienda cuidar este pedal especialmente a los conductores de vehículos de mayor antigüedad y peso, que son los que más sufren este desgaste. 

«Es evidente que el problema está en el embrague y que la causa fue el tráfico lento durante el ascenso»

Durante estos tres días en los que los conductores estuvieron sufriendo retenciones, la DGT alertó de varios vehículos averiados. En la propia mañana del martes, varios coches se quedaron tirados en la carretera por el desgaste del atasco. Uno de ellos era el de una pareja madrileña que regresaba a casa a los que se les rompió el embrague. Se pararon a un lado de la vía y tenían que esperar a que fuera un taxi y la grúa para ayudarlos. Este lunes incluso ardió un coche en la entrada del pueblo de Pedrafita. No todos sufrieron un daño tan extremo como este, sino que el olor a quemado solamente sirvió como advertencia.

Este fue el caso de Fermín. Él es uno de los miles de visitantes que ha recibido Galicia este verano. Junto a su mujer y a su perro, Fermín estuvo disfrutando de esta tierra durante unos dos meses. Este martes, pretendía viajar desde Guntín (Lugo) hasta Pedrafita do Cebreiro, con el objetivo de pasar allí una jornada y conocer la localidad. Tras un buen rato en el atasco y una eterna subida por la cuesta de la N-6 hacia O Cebreiro, su autocaravana dijo basta. «Es evidente que el problema está en el embrague y que la causa fue el tráfico lento durante el ascenso», comenta el murciano, ya jubilado. Por suerte, y tras arrimarse al arcén, la grúa consiguió escoltarlo hasta el aparcamiento que hay en la entrada de Pedrafita. Allí se quedó la caravana, a la espera de un análisis mecánico que confirme si no necesita una reparación o si la avería es lo suficientemente grave como para interrumpir su viaje. 

Los vehículos pesados, como los camiones, llevan este lento ascenso peor que los turismos y demás medios de transporte más ligeros. En el caso de Antonio Salas, un camionero que hace habitualmente la ruta Galicia-Murcia trayendo verduras y llevándose cerveza, la preocupación debe ir hacia los vehículos más antiguos. «Por suerte, mi camión es relativamente nuevo y aguanta muy bien, pero quienes tengan uno más desgastado van a sufrir de lo lindo», resume.