La puerta de Tannhäuser

Eduardo Riestra
eduardo riestra TIERRA DE NADIE

PEDRAFITA DO CEBREIRO

01 feb 2021 . Actualizado a las 09:36 h.

Entre tanta arrogancia metafísica y tanta charlatanería intelectual que discurren caudalosamente por los cauces electrónicos o pulperos (de pulpa y no de pulpo), aparece en la parte menos iluminada de la pista del circo universal, alejada de la hoguera de las vanidades, una luz. Es una llama que marca la puerta de Tannhäuser, la entrada a la cueva de Venus donde nos esperan placeres inimaginados. Se trata de la puerta que recuerda el replicante de Blade Runner (yo he visto cosas que no creeríais); es, en fin, una librería periférica, como lo son las nuestras, las que están a este lado de Pedrafita y Piornedo, al borde de las aguas del fin del mundo. A La puerta de Tannhäuser le acaban de conceder el premio Librería cultural 2020, que recae por primera vez en Extremadura. Y a Cristina y Álvaro, sus dueños, que desde Plasencia están demostrando un honesto y verdadero sí se puede, les llueven estos días las felicitaciones porque, más que muchos, son considerados por este sector, por el que también acontece mi vida, la más destilada esencia de una profesión que puede no ser nada o llegar a las cumbres de la inteligencia, el buen gusto y la ambición cultural.

 A los gallegos, que tenemos una sólida tradición librera desde hace más de un siglo, y que mantenemos vivos nuevos brotes contra toda tormenta como las camelias del invierno, aún no nos han otorgado nunca este diploma. Mientras escucho la grandilocuencia de Wagner, pienso, envidioso y feliz, en La puerta de Tannhäuser.