Festival Agrocuir: de reivindicar la diversidad sexual a conseguir asentar población

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

PALAS DE REI

La cita de Monterroso inauguró este viernes su séptima edición tras dos años de parón

27 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Santiago, Vigo o A Coruña fueron las ciudades donde el movimiento LGTBI pudo nacer y evolucionar ya en el siglo pasado. Eran «sociedades moi libres». Pero ese orgullo de ciudad no llegaba ni recogía a todas aquellas personas diversas que vivían en el rural. Fue en Palas de Rei donde nació hace unos diez años el referente pionero para toda Galicia de la reivindicación de la diversidad sexual y de género en las aldeas. Lo que empezó como un grupo de amigos con una misma manera de vivir en el rural que organizaron un pequeño evento cultural en la Granxa Maruxa, en Monterroso, este año consolidaron un festival de siete ediciones. El Agrocuir arrancó ayer después de dos años de parón con una lectura más que positiva: cada vez más asistentes y cada vez más nuevos habitantes en A Ulloa.

Braulio Vilariño es el referente del movimiento en toda la comarca. Nació en una aldea de Palas hace más de 60 años y desde entonces es testimonio de la transformación social del rural. «Eu vivín na aldea e sufrín un pouco cando me trasladei ao colexio a Palas. Era diferente. Os nenos falaban castelán, eu galego, e podían notar diferenzas de connotacións sexuais. Os maiores eran crueis pero todo iso foi cambiando», recuerda. De Palas pasó a estudiar en Vigo y vivir en Santiago o fuera de España. Fue en la capital gallega donde estuvo al frente de un reconocido bar en el que se empezó a celebrar el Orgullo. Ese activismo solo existía en la ciudad y el lucense quiso que también lo hubiera en el rural. «Aínda que no rural hai unha maior aceptación do diverso, por formar parte dunha comunidade con nome e apelidos e polas propias característica da cultura galega, todo depende da vida de cada un. Houbo moita xente das aldeas que escapou a cidade en busca de anonimato», explica. Vilariño decidió hacer un lucha de esta causa. Con algunos amigos más de Palas de Rei empezaron a hacer el Maio Mohicano en otro local suyo, A Casa de Outeiro. «Montamos unha historia de resistencia no rural». De los promotores de aquel evento surgió el Agrocuir, con una filosofía de reivindicación de la diversidad sexual y de género más allá de la «urbanita, branca e gai» que existía en las ciudades.

Lo que empezó en la Granxa Maruxa se reparte ahora por todo Monterroso y atrae a visitantes de toda España. «Non nos imaxinábamos que se ía converter nisto e ía ter tanto retorno». Porque una de las lecturas más positivas que hace Braulio del festival es que facilitó la vida toda esa gente diversa del rural. «O diverso sempre existiu, pero conseguiuse naturalizar». Y además, fue un polo de atracción de habitantes.

Prueba de ello es Laura Halçague, una argentina que haciendo el Camino de Santiago nunca llegó a la meta final, se quedó en Palas. En la comarca de A Ulloa se topó con esta red que vivía en un rural diverso: «Me encontré con referentes y con lazos vecinales que me ayudaron con mi propia identidad». Alrededor del festival también conviven asociaciones, iniciativas y emprendedores locales que abarcan estilos de vida sostenibles y diversos: «Hay desde grupos de consumo a intercambio de semillas o artesanía. Recuerdo cuando me sorprendía hasta ver crecer un tomate». Laura perteneció a la segunda generación de organizadores del Agrocuir y ya le proceden más jóvenes que se mudaron en los últimos años o meses a algún concello de A Ulloa.