Palas se enorgullece de su símbolo

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos LUGO / LA VOZ

PALAS DE REI

CARLOS CASTRO

A Ulloa recupera tras dos años de restauración una sus señas de identidad

12 nov 2019 . Actualizado a las 18:24 h.

La comarca de A Ulloa en general y Palas de Rei en particular están a apenas unas semanas de celebrar una fecha histórica, la reapertura del Castillo de Pambre (A Torre, como la conocen los vecinos de la parroquia palense), completamente rehabilitado y conservando todos sus elementos prácticamente como estaban cuando Gonzalo Ozores de Ulloa construyó la fortaleza en el siglo XIV.

La recuperación del monumento, durante décadas casi abandonado y cubierto por la maleza, y que sea por primera vez en su larga historia propiedad del pueblo era un anhelo que miles de palenses de muchas generaciones han podido ver cumplido. Para ello hicieron falta dos años de arduo y minucioso trabajo de expertos y una inversión superior a los dos millones de euros, a lo que hay que sumar los esfuerzos del erario municipal para construir accesos y muchos detalles que pasan desapercibidos, pero que son de notable importancia.

El último paso en el aspecto constructivo será volver a colocar el hórreo, no en su lugar original, en el que tapaba parte de la fortaleza y le restaba protagonismo, sino en un lateral en el que puede ser igualmente admirado.

Los técnicos encargados de la restauración se encontraron con un trabajo doble. Primero tuvieron que retirar toneladas de piedra de los restos de un alpendre que había sido construido a mediados del pasado siglo para uso agrícola. En su lugar están colocando las piedras y maderas del antiguo hórreo, una construcción impresionante apoyada en cinco pilares y cuyas piedras están depositadas y numeradas en la finca anexa al castillo.

Las excavaciones que se llevaron a cabo en el lugar tanto en el proyecto inicial de restauración como más recientemente para actuaciones complementarias sirvieron para poner al descubierto restos de una zona bastante fructífera en el plano histórico y arqueológico. Los terrenos en los que se asientan los muros fueron primero un castro celta, del que se hallaron restos, para servir diez siglos después como base para la capilla románica, hasta que se levantó la fortaleza en el siglo XIV. Los arqueólogos encontraron restos castreños, galaicorromanos y suevos.

Las nuevas instalaciones servirán también para albergar un centro de interpretación tanto de la historia del castillo y de la comarca -no hay que olvidar que muy próximo a la fortaleza está otro lugar emblemático como el Pazo da Ulloa- como del Camiño Francés.

Los visitantes podrán acceder a todos los rincones de la fortaleza gracias a varias pasarelas.