Perros y niños, unidos por la misma causa

TANIA TABOADA LUGO / LA VOZ

OUTEIRO DE REI

CEDIDA

Menores en riesgo de exclusión social interactúan con canes abandonados para el desarrollo de emociones y empatía

02 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Unos son humanos y otros son animales, pero ambos se encuentran en una situación vital semejante. Todos han sido víctimas de exclusión, y es por ello que desde la Fundación Dignidade y la residencia de mascotas Garatuxa acordaron la interacción entre ambos como una de las mejores terapias. Así, todas las semanas miembros del colectivo acuden a la residencia de Outeiro de Rei para interactuar con animales. Dos veces al año asisten los más pequeños de la asociación. El jueves fue uno de esos días en los que los pequeños disfrutaron y aprendieron durante dos horas. «Todo gira en una mejor educación para ambos puesto que han vivido circunstancias muy parecidas a lo largo de sus vidas y es por ello que empatizan desde el primer instante. Los niños aportan a los perros manejo, tranquilidad y obediencia para que sea más adoptable. Por su parte, el perro aporta aprendizaje de manejo para adiestramiento y a la vez enseña que con violencia no se consigue nada y que las situaciones difíciles obtienen un mejor resultado si se mantiene la calma», explican desde la residencia de Outeiro de Rei, que recalcan que se trata de integrar a los niños antes de que cumplan la mayoría de edad.

Adiestramiento

Además de realizar diferentes tareas de limpieza, cepillado y paseos de animales, los niños participan en las técnicas de adiestramiento y exhibición, que desde Garatuxa definen de excelentes. «Trabajan con perros con un perfil diferente. El jueves estuvieron con Tigre y con Gaspar. El primero tiene mucho miedo. Fue recogido en una casa particular a la que llegó tras ser abandonado, y la propietaria no podía hacerse cargo. Los niños entienden el miedo humano porque muchos pasaron también por ello. Por su parte, Gaspar es un pastor alemán muy alegre y bruto. Los jóvenes le enseñan a que no sea tan bruto. Aquí los niños reciben alegría del animal y este sabe que va a recibir un cariño especial», indican desde la residencia de mascotas Garatuxa.

Una forma muy tierna y divertida para educar a los niños en la empatía y mediante el amor a unos animales que también han sido víctimas de exclusión.