Creatividad para transformar material reciclado en arte en Outeiro de Rei

pAula graña LUGO

OUTEIRO DE REI

El evento reunió a cerca de un centenar de puestos, un centro de adopción de perrros y tallas únicas

08 jul 2018 . Actualizado a las 23:13 h.

Nadie se iba a imaginar que una radiografía se podía convertir en un guardadedales. O que unos pocillos de café podían ser unos alfileteros. Con paciencia y mucha creatividad, Aurora Rodil transformó objetos que hay en cualquier casa, pero que pasan desapercibidos en la mayoría de ellas, para crear auténticas obras de arte hechas con material reciclado y costura creativa.

Como cada año, esta lucense asentada en Sarria expone sus trabajos en la Feria de Artesanía que se celebró ayer en Outeiro de Rei. No es difícil que vecinos y turistas se acerquen a su puesto para preguntarle que hay detrás de cada pieza. Ella, emocionada, les enseña a los visitantes una cesta que «muchos clientes usan para guardar pinzas». Aunque puede parecer una cesta cualquiera, el secreto está en que la materia prima ha sido simplemente un bote de tomate.

Para Marcos Mariño, escultor de talla artística, solamente se necesita pulso y paciencia para tallar madera y crear piezas al detalle como animales o flores. A lo largo del día, han ido sorteando algunas de estas piezas llenas de vida. Junto a él, Yosi Fernández e Iván Matos, ambos también escultores, aseguran que lo que más le llama la atención a la gente es la velocidad con la que consiguen marcar cada rugosidad y textura de las piezas. El secreto está en la práctica y la experiencia, sostienen.

«O único que queremos é que non se perda o que sabían as nosas bisavoas». Así nació la Asociación Cultural Bolboreta Fiandeira que llega a la feria de Outeiro de Rei con el objetivo de conservar y promover los oficios tradicionales relacionados con la lana y los tecidos. Celsa, María, Pilar y Rosana han enseñado a los visitantes más jóvenes como trabajaban sus abuelas y bisabuelas con la lana. «Chegamos coa lana lavada e imos facendo todos os pasos, dende cardar e escarmenar ata fiar e torcer», explican las cuatro mujeres.

Piezas de madera y cuero

La feria, que ya celebra su duodécima edición, cuenta con un centenar de puestos. José Ramón Lleo fue testigo del nacimiento de esta celebración y, un año más, vuelve para mostrar al público sus últimos trabajos. Con el paso del tiempo, ha percibido un aumento del número de turistas y asegura que, en los últimos años, lo que más se vende son «fundas de móviles y billeteras». Todas ellas hechas con cuero, su especialidad.

Si hay quien busca un recuerdo original para llevarse de esta feria, Mº José Chas tiene en su puesto maquetas de madera reciclada. «Si el cliente nos trae una fotografía con suficiente calidad, podemos convertirlo en un grabado con láser sobre una pieza de madera de abedul» explica.

A su lado, un Premio Nacional de Artesanía, Idoia Cuesta, muestra sus últimas creaciones en cestería contemporánea que combinan técnicas tradicionales con materiales textiles.

Relojes con periódicos

No hay que alejarse mucho para que el visitante se siga sorprendiendo ante tanta creatividad. Papel de periódico y cola es lo único que necesita Ángel Agruñán para crear desde cestas y lámparas hasta botellas y relojes. «Mis cuadros están pintados sobre tablas de palés», cuenta María Fernández, una cospeitense que descubrió hace cinco años las posibilidades que brindaban los materiales reciclados.

La novedad de este año está en el punto de adopción de perros. Una iniciativa que viene de la mano de la Residencia canina Garatuxa, un centro que acoge a todos los perros abandonados de Outeiro de Rei. Allí cuidan a cerca de una veintena de canes que a lo largo del día de ayer han estado buscando un nuevo hogar entre los asitentes a la feria.

Otra de las novedades fue la exhibición de baile regional que estaba prevista para la tarde. Asimismo, los vecinos y turistas disfrutaron de una exposición de coches clásicos, así como actuaciones de la banda municipal y del grupo de gaitas. Por la noche, los fuegos artificiales fueron el broche final de un día lleno de creatividad y artesanía.