El «abuelo coraje» buscará de nuevo la clemencia del pueblo

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos SARRIA / LA VOZ

O PÁRAMO

PENOUCOS

Benjamín Santas se sentará el próximo martes ante un jurado popular

17 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El 26 de enero del 2009 Benjamín Santas, el anciano de O Páramo que se confesó autor de la muerte de su vecino José Bruzos, salía por la puerta del juzgado de Sarria pos su propio pie tras ordenar la magistrada su libertad sin fianza. En la entrada de las dependencias judiciales le esperaban una veintena de vecinos y familiares que le recibieron con aplausos y le arroparon y con los que no dudó en posar para una foto tras agradecerles su presencia y apoyo.

Algo más de cuatro años después será un juzgado popular el que se responsabilice de decidir si el bautizado como «abuelo coraje» actuó únicamente en defensa propia y presa del miedo por lo que podría ocurrir a sus dos nietos de cuatro y siete años si no detenía a José Bruzos o si era consciente de sus actos y por lo tanto su acto puede ser calificado de homicidio.

Los días posteriores a los hechos el anciano recibió numerosas muestras de solidaridad de vecinos y conocidos que no dudaban en afirmar que el autor confeso de los hechos había actuado únicamente intentando que sus nietos no sufrieran ningún daño.

Los testimonios de numerosas personas que conocían a José Bruzos destacaban el carácter conflictivo del fallecido y algunos no se recataban en señalar que el hecho de que viera envuelto en un suceso de carácter trágico era únicamente cuestión de tiempo.

Bruzos da Armada, como era conocida la víctima parece ser, según sus vecinos, que no precisaba demasiado motivo para iniciar una discusión. «Si tenía una disculpa por unos lindes de una finca o cualquier otra cosa iniciaba una discusión y si carecía de motivos la comenzaba igual», aseguraban días después del crimen gente que conocía a ambos vecinos.

En algunos casos, incluso algunos vecinos se atrevieron a relatar acontecimientos violentos que les habían sucedido con Bruzos, como uno en el que una persona que circulaba tranquilamente en su coche por delante de su casa asegura que fue agredido por el fallecido con una fouce.