Un anciano de O Corgo, atacado con un bastón en la residencia de mayores de Burela 

burela / la voz

O CORGO

Recibió un golpe en la cabeza que obligó a trasladarlo al HULA tras pasar por el Hospital da Costa 

02 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Algunos vecinos que residen en el entorno de la residencia de mayores de Burela fueron testigos de la bronca, o por lo menos de parte de ella, que protagonizaron dos internos del centro. El suceso tuvo lugar el lunes, sobre la una y cuarto del mediodía, justo en la puerta de entrada de la residencia. Y en la disputa solo se vieron implicados dos residentes. El peor parado fue el septuagenario J.G.V., del municipio lucense de O Corgo, que sufrió un fuerte golpe en la cabeza debido a los golpes con un bastón -que rompió en pedazos- que recibió de un compañero de residencia, J.B., de 71 años.

Desde la dirección de la residencia confirmaron que ni personal que trabaja en la misma ni residentes presenciaron la bronca que acabó con J.G.V. hospitalizado. Al parecer, los primeros en prestarle atención sanitaria fueron viandantes que pasaban por la calle. De inmediato salieron enfermeras de la residencia. Se avisó al 061 y el herido fue trasladado al Hospital da Costa. Esa misma tarde recibió el alta y fue derivado a la residencia, aunque personal de este centro constató que el herido no se encontraba bien y volvió al Hospital da Costa, desde donde fue derivado al HULA de Lugo.

Charco de sangre

El incidente causó expectación en el entorno de la residencia y algunos internos comentaban ayer la existencia de un charco de sangre junto a uno de los bancos de la entrada. Fue personal de la residencia el que tras lo sucedido alertó a la Guardia Civil y a la Policía Local.

Desde la dirección del geriátrico sostienen no tener conocimiento de otras riñas anteriores entre ambos. El agredido llevaba 13 años residiendo en el centro y el agresor desde el año 2013.

Las peleas entre internos de las residencias de mayores no son hechos aislados, sino que se registran con relativa frecuencia, aunque no con consecuencias de tanta gravedad como la ocurrida en la puerta del geriátrico de Burela, días pasados.