El producto posee un gran arraigo en municipios de la montaña oriental de Lugo
02 mar 2021 . Actualizado a las 09:19 h.El eslogan que divulgaba hace décadas las excelencias gastronómicas de la provincia, Y para comer... Lugo, podía entenderse como una iniciativa común, pero también tiene validez dividido en muchas partes. Las numerosas fiestas gastronómicas que se organizan por toda la provincia demuestran que la variedad de campo y mar ofrece al paladar una gran variedad de sabores.
Entre los festejos que destacan por su arraigo está sin duda la Festa da Androlla, que inició su actividad hace 30 años, impulsada por el Concello. No hizo falta indagar en documentos antiguos para recuperar la producción ni justificar la decisión de organizar el festejo: simplemente, al Ayuntamiento le bastó con tener presente que la androlla era un producto muy típico de Navia de Suarna y de otros municipios de la montaña oriental lucense, presente aún en las casas donde se hacía la matanza.
Con la feria en vísperas de llegar a la primera edición, las expectativas marcadas eran altas. El Concello, que había tenido ayuda de la Diputación y de la Xunta en la organización, pretendía que el certamen continuase celebrándose hasta consolidarse. El presupuesto de la primera fiesta era de medio millón de pesetas. Si entonces había alguien que desconocía la elaboración de este embutido, en una de las páginas publicadas por La Voz de Galicia antes de la feria se explicaba el proceso: la costilla de cerdo, con algo de piel, se metía en tripa gruesa, se secaba y se ahumaba unos 20 o 30 días, en los que iba adquiriendo su inconfundible aspecto oscuro.
La fiesta tuvo lugar con éxito de público e inició una trayectoria que la ha convertido en una fiesta muy vinculada con el entroido, una época del año en la que la androlla, cocida con el caldo o servida con grelos y con patatas cocidas, suele alcanzar un alto consumo. La segunda edición, celebrada en 1992, coincidió con el Domingo de Carnaval y se caracterizó de nuevo por alta afluencia de visitantes y por buenas ventas: como recogía este periódico, en la fiesta se vendieron unas mil piezas, al precio de 1.300 pesetas el kilo.
La Festa da Androlla ha seguido celebrándose y ayudando a popularizar el producto. Por otro lado, el embutido ya no es solo una elaboración caseras que se hacen tras las matanzas; se ha convertido en parte de la oferta que empresas cárnicas de la zona colocan en el mercado, dentro y fuera de Galicia. Por otro lado, se han iniciado los trámites para la creación de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Androlla de Galicia, que abarcaría municipios de Lugo y de Ourense, y los productores pueden acogerse a la marca de artesanía agroalimentaria promovida por la Xunta. Este año, debido a las restricciones impuestas por la pandemia, la fiesta no se ha celebrado.
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