Un albergue que se centra en recordar la historia y la tradición del Camino

María Guntín
maría m. guntín LUGO / LA VOZ

MONTERROSO

CARLOS CASTRO

La casa se mantiene exclusivamente con los donativos que aportan los peregrinos de manera altruista

22 jun 2019 . Actualizado a las 21:38 h.

Natán de Souza está al frente de La Fuente del Peregrino, un albergue de donativos ubicado en el kilómetro 75 del Camino Francés, en Ligonde. «Un chico hizo el Camino en el año 98 y se sorprendió con la cantidad de gente. Entonces no había muchos albergues. Pensamos que teníamos que ayudar. Regresó a Estados Unidos, consiguió fondos, volvió a hacer el Camino ese mismo año y fue de aldea en aldea buscando una casa. Al llegar aquí le dijeron que esta propiedad era cara y que no le iba a gustar, pero logró ver lo que nadie era capaz de visualizar: esta casa funcionando», explica Natán. Desde entonces, la casa ha sufrido reformas y mejoras año tras año. Fue tomando forma y, actualmente, vive de los donativos que realizan los peregrinos de manera altruista y con total libertad.

Carlos Castro

En La Fuente del Peregrino también sellan las credenciales del Camino, proporcionan folletos que sirven como guía y ofrecen café, té y descanso a todo el que lo precise. «Ofrecemos un regalo, gracias a los voluntarios», explica Natán. Este hombre también ejerce de maestro, explicando la historia del Camino a los peregrinos que pasan por el albergue, escuchándolos y pasando tiempo con ellos. Solo así se conoce de verdad a las personas.

Un lugar espiritual

Natán explica que son pocos los lugares espirituales instaurados en el Camino y que es necesario recordar el carácter ancestral que este tenía en el siglo XII. «El ser humano es muy bueno, pero algunos valores están escondidos», cuenta este brasileño. En La Fuente del Peregrino un cartel en la pared de las habitaciones advierte de que no hay wifi y recomienda practicar la conversación en lugar de googlear.

Carlos Castro

Una casa que funciona gracias a los voluntarios de los distintos países

En La Fuente del Peregrino los voluntarios son una parte fundamental del proyecto y de la historia que guarda el albergue. Se organizan en cuatro áreas distintas y tratan de darle la mejor atención a los peregrinos, cocinan, limpian y adecúan los dormitorios cada mañana. Se distribuyen en equipos y son personas que ya han realizado el Camino. Llegado un cierto momento, quieren regresar para poder devolver un poco de todo lo bueno que recibieron al hacer la peregrinación.

Noemi es de Misuri y es una voluntaria del albergue. Hace años, hizo el Camino con unos amigos y sintió que tenía que regresar para ayudar a los demás. Esta es la tercera vez que viene y, asegura, no será la última. Manuel es otro voluntario gallego cuya infancia transcurrió en Taboada. Ahora, ofrece todo lo bueno que tiene a los demás. «Es una forma de reconciliarme con Galicia. El Camino me ayudó a descubrirme a mí mismo», explica.

En los 20 años que tiene de vida, La Fuente del Peregrino ha dado alojamiento a más de 19.500 personas de cualquier parte del mundo. Más de un millón de peregrinos han parado para beber, descansar o charlar con los voluntarios, y estos últimos superan con creces las 3.000 personas. Este sábado, Natán y sus compañeros celebrarán el cumpleaños del Albergue a partir de las seis y media de la tarde, bajo invitación, con un acto especial y una reunión espiritual con voluntarios y personas queridas del centro.