Donapel, peletería de Monterroso, referencia en España, inicia la liquidación para cerrar
MONTERROSO
Su propietario se jubila después de 33 años en el sector
01 nov 2017 . Actualizado a las 19:49 h.Donapel, la peletería de Monterroso referencia del sector en España, inicia la liquidación de existencias de cara a echar el cierre. El que fue su propietario durante 33 años, Manuel Ferreiro Bargados, está a punto de jubilarse.
Donapel pretende desprenderse de todas las prendas que guarda en el almacén. Las está liquidando, según Ferreiro Bargados, a precios de coste «e incluso más bajos». La gran cantidad de artículos almacenados hacen aventurar que hasta marzo o abril seguirá atendiendo al público.
Ferreiro Bargados inició su carrera profesional en el mundo de la peletería en Barcelona, donde regentó un negocio durante siete años, antes de trasladarse a Monterroso en el año 1994. En la localidad lucense siguió trabajando en el mismo sector e hizo crecer la actividad hasta el punto de precisar de tres ampliaciones sucesivas.
Referente en prendas de visón
El empresario lucense trasladó a Monterroso la sede de Manakas España, una matriz del grupo alemán líder en peletería, con delegaciones abiertas en Madrid y en Monterroso. Manakas trabajaba en el año 2005 con prendas de lomos de visón. El resto eran de astracán y chinchilla. Sus artículos de alta peletería recorrieron en su momento las pasarelas de moda de referencia de Frankfurt, Milán o Madrid.
A la localidad lucense se desplazaron en las últimas décadas clientes procedentes de toda Galicia, Portugal y de diferentes puntos de España.
Entre las prendas en liquidación figuran de napa, doble faz y cuero, buena parte de ellas cortas, que son las que marcan tendencia.
Recuperación en las ventas
Manuel Ferreiro reconoció que las ventas en peletería estuvieron paradas durante los años de la crisis, como consecuencia de la reducción del poder adquisitivo. Se están recuperando en estos momentos, según explicó. «A xente -apuntó- volve a comprar pel porque é o produto máis antigo para combater o frío».
El empresario lucense no encontró continuidad en el negocio. Su hija optó por seguir otro camino, en lugar de hacerse cargo de la empresa.