Un vecino de Meira se queda sin enseres al arder su caravana: «A xente pórtase de marabilla»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

MEIRA

Salgado, en el prado donde tenía la caravana, cuyos restos se ven detrás.
Salgado, en el prado donde tenía la caravana, cuyos restos se ven detrás. MANUEL GUEDE

Duerme estos días en casa de unos amigos y recibe constantes ofertas de ayuda

06 feb 2023 . Actualizado a las 13:08 h.

Reinaldo Salgado —meirense emigrado y retornado, de 67 años— comprueba estos días el lado solidario de sus vecinos. Un incendio declarado en la madrugada del jueves lo dejó sin enseres y sin pertenencias al arder la caravana en la que llevaba viviendo unos ocho meses. La tenía situada en una finca del barrio de A Valiña, en las afueras del casco urbano de Meira, y un incendio, originado seguramente en una vela, la arrasó en apenas veinte minutos.

Salgado estaba durmiendo, aunque las llamas y el humo lo despertaron. Logró salir de la caravana y ponerse a salvo, aunque sin poder llevarse casi nada de lo que tenía dentro. «Salvei un pantalón de chándal, un xersei e o móbil. Nada máis», decía este sábado mientras recordaba lo ocurrido. Una vez fuera de la caravana, telefoneó al 112, aunque la posterior intervención de los bomberos, que llegaron unos veinte minutos después, solo sirvió para apagar las brasas.

Ni el DNI, ni la tarjeta sanitaria, ni dinero que guardaba en una chaqueta... Ni siquiera las gafas. El incendio abrasó todo lo que tenía Reinaldo Salgado en la caravana, que había comprado al volver a Meira y que en un primer momento iba a ser una residencia provisional, con la idea de restaurar su casa. Este sábado reconocía que la madrugada del jueves era muy fría: «Non me deu tempo nin a coller a chaqueta», decía.

Sin embargo, pronto notó el calor de los vecinos. Tanto el alcalde, Antonio de Dios, como el párroco, Miguel Asorey, se interesaron por su situación. El cura, dice, le compró dos jerséis y productos de higiene. Estos días duerme en la casa de un amigo, en una vivienda que se alquila a turistas y que estos días está vacía.

«A xente pórtase de marabilla. Todo o mundo me pregunta ‘que necesitas?'», comenta. «Nunca imaxinei que a xente fose así», explica mientras una pequeña emoción aparece en sus palabras. «Fun a un bar tomar un café, e dixéronme ‘invítote a comer aquí'. Todo o mundo responde de marabilla. Non o cría, de verdade», subraya.

Marchó en la niñez

Reinaldo Salgado dejó Meira siendo poco más que un niño. Salió de la localidad con su madre hacia Alemania, en donde pasó seis años. Volvió a España y se instaló en Madrid, aunque sin perder el contacto con su pueblo natal, al que, dice, solía volver en vacaciones. Circunstancias personales y familiares lo empujaron a tomar la decisión de establecer de nuevo su residencia en Meira. La caravana le costó 3.500 euros, más 400 de transporte desde Gijón.

Hizo en el interior algunos cambios: por ejemplo, quitó el servicio porque usaba el de su casa, situada al lado de la finca donde instaló la caravana. «Estaba a gusto, perfectamente. Facía vida normal. A caravana era grande e tiña unha especie de comedor», recordaba ayer. El equipamiento incluyó también la compra de un amplio colchón, que le costó 800 euros. «Durmía moi ben», afirmaba.

Reinaldo Salgado, fumador, solía encender una vela aromática dentro de la caravana para atenuar el olor del tabaco. Ayer explicaba que ese podría haber sido el origen del incendio, al haber prendido la llama de la vela en algún objeto. Más allá de la posible causa, lo que está claro es que de los enseres poco queda más que cenizas. 

Prevé empadronarse

Salgado decía este sábado que a finales de mes debería viajar a Madrid por asuntos personales. Sin embargo, parece claro que será Meira su residencia de ahora en adelante. En primer lugar, reconoce que si se estuviese empadronado en el municipio, tendría más facilidad para recibir ayudas; en segundo, agrega, «todo Meira responde de marabilla».