Meira, la iglesia que espera mejoras en sus 90 años como monumento nacional

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

MEIRA

La parte de la fachada  cercana al rosetón es la que necesita una próxima intervención
La parte de la fachada cercana al rosetón es la que necesita una próxima intervención ALBERTO LÓPEZ

Un proyecto presentado a la Xunta recoge deterioro en la fachada

01 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La iglesia de Meira, con su larga historia como joya del patrimonio histórico y artístico, tiene en este 2021 una celebración especial, pues se cumplen 90 años de su declaración como Monumento Nacional. Es un momento señalado en la historia de un templo emblemático en el arte románico en Galicia que actualmente, con casi 900 años de antigüedad, tiene notables luces pero también algunas sombras.

Las luces se encuentran en los trabajos realizados en los últimos años en distintas partes de la iglesia; las sombras están en obras que se esperan desde hace tiempo. En cuanto a estas, un proyecto encargado por la parroquia meirense y expuesto a la Xunta recoge la necesidad de una intervención en la fachada principal.

En algunas zonas, especialmente alrededor del rosetón, se aprecia un deterioro de la piedra que necesita una corrección. En el mencionado proyecto se explica que los trabajos tendrían un coste de unos 65.000 euros, como explicó el sacerdote encargado de la parroquia, Miguel Asorey. Lo que se necesita no es una intervención que corrija un daño estructural, sino, detalló el párroco, una actuación que evite daños antes de que el problema se agrave.

Por ahora no se ha recibido respuesta alguna de la Xunta. Si los trabajos se realizasen, no sería necesario, en principio, sustituir la piedra sino aplicar algunas correcciones en el material, Es lo que preocupa actualmente en la parroquia en cuanto a la conservación, aunque hay, desde hace ya más tiempo, otro problema. Cerca del campanario hay una grieta, aunque su aparición no es reciente; su origen, precisa el párroco, parece estar en la primera mitad del siglo XIX, cuando una parte de la zona correspondiente al antiguo monasterio, entre el abandono y la ruina, acabó por venirse abajo.

Por lo que respecta a las fortalezas de la iglesia, la actuación más reciente, llevada a cabo a finales de la pasada década, tuvo lugar en la estancia conocida como sala de las reliquias, que está situada entre el altar mayor y el ábside. Los trabajos se dirigieron a evitar que desde el suelo o desde la cubierta llegasen filtraciones que afectasen a las pinturas y a la pigmentación de los murales.

Pizarra en el suelo

Con lápices de fibra de vidrio, gomas de borrar y puntas de bisturí se retiró el velo que la humedad había ido poniendo sobre la pinturas. Para combatir los daños de la humedad en el suelo, se cambió el material, colocando unas placas de pizarra que llevan por debajo grava y una cámara de aire. Entre las juntas se dejaron aberturas, con lo que se facilita que el aire no se condense y pueda salir. Esos trabajos, que realizó la empresa Esteo, tuvieron un presupuesto de unos 60.000 euros, que aportó la Diputación de Lugo.

En los últimos años, además, también se cambió de sitio uno de los retablos, el de San Bernardo, que ahora está junto a las escaleras de acceso a la cubierta.

Las visitas guiadas, un ejemplo del interés que el edificio despierta en turistas

Visitar la iglesia de Meira es posible de martes a domingo. De martes a sábado hay tres visitas: la primera, a las once de la mañana; la segunda, a las doce y media del mediodía, y la tercera, a las cinco de la tarde. Los domingos hay dos, que empiezan, respectivamente, a las once de la mañana y a las doce del mediodía. Los recorridos están organizados por la oficina municipal de turismo, que tiene su sede en una plaza situada junto a la fachada norte del templo.

En las visitas suele notarse que el interés y el conocimiento de la iglesia de Meira rebasan las fronteras de Galicia, puesto que no son raros los casos de visitantes de otras comunidades autónomas o del extranjero. En esos últimos —como ha manifestado en alguna ocasión la responsable de la oficina, Yoani Jartín— se nota que llegan a Meira con la clara intención de visitar la iglesia porque conocen su valor dentro de la arquitectura románica española. «É o principal símbolo de Meira, xunto co Pedregal de Irimia», recalcó Jartín en días pasados.

El valor de la iglesia incluso ha tenido otros reconocimientos. En el año 2009 alcanzó el segundo lugar en el concurso denominado Las siete maravillas medievales de España, que organizaba una publicación (revistamedieval.com). En dicho concurso, en el que votaban los lectores de la citada publicación, el primer puesto correspondió al castillo de Olite (Navarra).