«Sacar madeira do monte ten que ser compatible con deixar ben as pistas»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

MEIRA

PALACIOS

Los concellos intentan respetar la actividad maderera y cuidar sus vías

15 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La elaboración de una tasa por saca de madera en Meira y en cinco municipios cercanos -Pol, Ribeira de Piquín, A Pontenova, Riotorto y A Pastoriza- genera polémica antes de que todos los ayuntamientos la hayan aprobado. Algunas asociaciones han elaborado escritos para mostrar su rechazo, y hasta temen la aplicación de dicha tasa, que será de 0,60 euros por tonelada extraída, acabe por reducir la actividad en los montes.

Por parte de los concellos impulsores de la iniciativa, en cambio, se defiende que la medida busca una regulación, sin pretender en ningún caso la supresión o la reducción de la saca de madera. La situación no se limita a los seis citados municipios, ni supone una novedad. La existencia de una ordenanza es una nota común a bastantes municipios, aunque algunos incluso plantean una modificación de la que ya funciona.

 La norma

Los ayuntamientos quieren compaginar la extracción y el cuidado de pistas.

Roberto Fernández, alcalde de Ribeira de Piquín, cree necesaria la elaboración de una ordenanza que permita cobrar una tasa. «Moitas veces estamos os concellos desprotexidos», dice. El regidor asegura que los trabajos acaban a veces en manos de empresas subcontratadas que, afirma, solo se preocupan de sacar la mayor cantidad posible de manera con toda la rapidez que pueden.

 Con el uso de maquinaria potente, en las pistas se causan daños cuyo arreglo corresponde a los ayuntamientos como titulares de esa red viaria. «Os concellos temos máis gastos», recalca. Fernández no cree que la aplicación de una tasa deba suponer una reducción de la extracción de madera. Su cálculo es que la corta de mil toneladas puede generar un volumen económico de 30.000 euros, de los que 600 corresponderán a la tasa.

Primitivo Iglesias, alcalde de A Pastoriza, muestra una impresión similar. «É unha maneira de ter un recurso legal para que os madeiristas amañen os danos», recalca. El responsable municipal pastoricense descarta que la tasa busque un perjuicio a los maderistas. «Non é esa a nosa intención», explica.

Por otro lado, hay ayuntamientos que prevén modificar en este mandato la ordenanza reguladora de saca de madera. Es, por ejemplo, el caso de Vilalba, cuyo gobierno local parece partidario de actualizar las cuantías recogidas en la normativa. En este caso, tampoco parece haber una persecución explícita. «Sacar madeira do monte ten que ser compatible con deixar ben as pistas», recalca el concejal de Facenda, Luis Fernández.

 Las dificultades

Fincas pequeñas y vías en zonas difíciles.

Sacar madera entraña una dificultad añadida en municipios con fincas pequeñas y en lugares donde las pistas se construyeron en zonas difíciles. Es la opinión de Juan Pablo Gayoso, empresario de Vilalba. Según su criterio, la falta de concentración parcelaria, algo que está presente en muchos municipios, representa un escollo: donde están hechas, se han abierto pistas, con lo que el acceso a los montes es más fácil, agrega.

 Por otro lado, explica que en una comarca como la Terra Chá hay que asumir que el deterioro de las pistas también está relacionado con el clima y con el tipo de suelo, por lo que la humedad se acumula. La creación de una tasa como la prevista en los seis citados municipios del oriente de Lugo puede ser un obstáculo, desde su punto de vista, para el mantenimiento de la actividad.

 Una alternativa

La interrupción de las cortas, una solución que se podría estudiar.

Carlos López, alcalde de A Fonsagrada, opina que una forma de reducir los daños en pistas podría ser la interrupción de las cortas desde finales de otoño hasta después del inicio de la primavera -abril, por ejemplo-. Así, detalla, los gastos de reparación viaria que afrontarían los concellos serían menores.

 En un empresario como Juan Pablo Gayoso la idea no genera rechazo. Pero agrega que si se estudiase su aplicación, también habría que tener en cuenta compensaciones a las empresas, que verían reducida su actividad durante varios meses del año.