«Pensé que me moría, se me cayó el mundo encima»

Monica Torres
mónica torres CANGAS / LA VOZ

MEIRA

Cedida

La conductora que sufrió el derrumbe en el corredor de O Morrazo relata un incidente que pudo costarle la vida

04 feb 2019 . Actualizado a las 10:05 h.

María Elena Lemos Collazo puede celebrar dos veces al año su nacimiento, y en el mismo mes. Es la conductora del vehículo al que en la madrugada del jueves sorprendió el derrumbe de un talud del corredor de O Morrazo, en la salida de Cangas. «Pensé que me moría, se me cayó encima la montaña. Solo vi pedruscos y tierra cayéndome encima y reaccioné agarrando fuerte el volante y frenando, como si fuera un autobús», recordaba ayer en su parroquia de Meira.

Esa noche se rozó la tragedia, pero «la veteranía es un grado», apunta su marido Serafín Reiriz. Y es que Elena es una experimentada conductora de autobús con más de una década de servicio en la misma empresa. Esa noche iba a incorporarse a su puesto de trabajo. Su pericia al volante posibilitó, explica la familia, que hoy pueda contarlo. «Su cumpleaños es el 15 de enero, pero la noche del 31 volvió a nacer», apunta su marido apoyando a Elena, convaleciente por el siniestro. La templanza con la que relata lo sucedido tras esquivar la caída de las piedras hasta empotrarse contra la tierra, evidencia esa veteranía. «Vi que estaba cayendo todo ese mundo encima, así que me fui orillando, esquivando el regato, hasta que me pararon las piedras. Si hubiera frenado o continuado la marcha por el medio, me habría caído todo encima», indica.

Hace esa ruta a diario por lo que además, conoce perfectamente la carretera, y urge su mejora para evitar nuevos siniestros o para que no se compliquen aún más los que pueda haber. «En toda la vía, desde Meira, el pavimento está fatal y la señalización muy mal. Y para colmo, no hay visibilidad alguna, ni luz, ni casi cobertura de móvil», advierte. «Por estas deficiencias siempre pensé que iba a haber un accidente pero nunca que me fuera a caer del cielo», explica. Ella se encontró a las cuatro y veinte de la madrugada «con todo el morro del coche metido en el derrumbe, pero sin visibilidad alguna a la zona, salí a ciegas. Estaba todo oscuro, lloviendo, en medio de la nada y sin casi cobertura», insiste, con el objetivo de que se mejoren estas condiciones de seguridad. Tuvo incluso la sangre fría de intentar sacar el coche de allí ella sola. «Quise quitar las piedras de las ruedas traseras para poder sacarlo, porque además aún lo estoy pagando, pero era imposible. Me vi morir porque, una vez que paré el vehículo, aún seguía cayendo tierra» recuerda. Ni ese día faltó al trabajo. Aunque ahora ha entrado de baja por prescripción médica, media hora después del accidente se subió a su autobús. «Mucha gente me esperaba para ir a sus trabajos y estaba en condiciones de cumplir», manifiesta María Elena.

La calzada del corredor del Morrazo, en la salida de Cangas sobre la que en la madrugada del jueves se produjo un desplome de piedras y tierra «está ya completamente despejada, según acaba de informar la Consellería de Infraestructuras. Las condiciones meteorológicas de esta jornada, explican las mismas fuentes, impiden trabajar en condiciones de seguridad en el talud. El próximo lunes será cuando trabajen los operarios en la zona , se evalúen los daños y las actuaciones de emergencia necesarias. Esta inspección será la que determine por lo tanto la duración del corte de tráfico.Está previsto que a partir del martes, si el tiempo lo permite, se habilite doble sentido en el ramal de entrada al corredor para permitir también la salida. El desprendimiento se produjo en el punto kilométrico 11+100. La medida afecta al ramal de salida a Cangas, un tramo, según aclara la Xunta, que no está afectado por las obras de conversión en autovía del corredor