El cadáver estaba a unos mil metros de su casa natal, donde ahora vive un sobrino
13 abr 2017 . Actualizado a las 22:24 h.Un ganadero de Meira que ayer iba a cortar hierba a un prado encontró un esqueleto humano que, a falta de confirmación, podría ser el de Oliva López, de 85 años, que desapareció el 16 de enero. El forense y la Guardia Civil le entregaron a una sobrina de la víctima un pequeño bolso de mano y una llave de casa que estaban junto al esqueleto.
El lugar donde se encontró, Grañanova, está a más de 8 kilómetros de su vivienda, en la parroquia de Murias-Seixosmil. El cadáver estaba a unos mil metros de su casa natal, donde ahora vive un sobrino. La mujer podría haber caminado los ocho kilómetros para visitar a su familia y desviarse o perderse.