Elemento externo contaminante
LUGO CIUDAD
Las desafortunadas declaraciones de la concejala Cristina López sobre los industriales de la Plaza de Abastos y el Mercado de Quiroga Ballesteros, el último de una larga serie de desaciertos que están perjudicando notablemente a estos espacios, han sido respondidas convenientemente por los afectados por lo que no parece que sea necesario darle más vueltas.
Sin embargo, hay un añadido que la señora López ha introducido últimamente y es el calificarme a mí personalmente de «elemento externo contaminante» y que creo que, como aludido, y sin implicar a nadie más, debo responder.
Soslayando el término «elemento», que en aras de la mesura voy a ignorar, hablemos primero de lo de «externo». Como Presidente de la Asociación Lugo Monumental, que actualmente cuenta con más de 160 negocios del casco histórico, quisiera recordar a la señora López que la mayoría de los puestos de Plaza y Mercado han depositado en nuestra Asociación su confianza. Pero además de eso, 36 de los 38 puestos que actualmente están abiertos en la
Plaza respaldaron la elección de los miembros de la Comisión que los representa, y de la cual tengo el honor de formar parte. Un margen considerablemente más amplio que el que su agrupación ostenta en el Pleno municipal de Lugo, dicho sea de paso.
Es difícil entender que alguien que viene del mundo sindical y cuyo medio de vida es la política ponga en duda la libre elección de representantes por los afectados, dando a entender que los placeros son personas manipulables ¿Acaso considera que todos aquellos que no coincidan con sus planteamientos son meros peleles de una lucha política en la que pretende incluirnos a quienes simplemente trasladamos el sentir de los afectados por decisiones que consideran equivocadas?
Si eso es grave, confieso que me alarma muchísimo más lo de «contaminante». Es inquietante la tóxica visión que parece tener la concejala de la participación, curiosamente uno de los nombres de su departamento, ya que se ve que solo se puede opinar para comulgar con sus planteamientos, y que todo aquel que disienta es un enemigo político.
No es la primera vez que Doña Cristina deja ver que le resulta incómoda mi presencia. Quizá se deba a que la nuestra es una entidad realmente independiente, a la que ninguna administración puede controlar, ya que Lugo Monumental no pide subvenciones y por lo tanto solo se debe a sus asociados. En la reunión de constitución de la Comisión de Plazas y Mercados su departamento intentó modificar las normas para excluirme solamente a mí, algo que no logró gracias a la intervención de la anterior alcaldesa, Lara Méndez, quien defendió el derecho de los placeros a elegir a quien considerasen oportuno, lo cual le honra, y más teniendo en cuenta que no hemos estado de acuerdo en múltiples temas.
El «todo vale» se ha instaurado en la gestión pública. Es una pena, y alguien tiene que romper ese círculo vicioso. Por mi parte, y una vez hechas las aclaraciones anteriores, quisiera dar ese paso para intentar superar el malestar que lleva un lustro instalado en la Plaza y el Mercado.
Me gustaría pedir a Doña Cristina que reflexione sobre a dónde nos conduce todo esto y tenderle una mano para buscar puntos en común y defender lo que de verdad nos tiene que importar a todos: el bienestar y el futuro de los placeros, el interés los usuarios y, en resumen, el avance de la Plaza de Abastos y el Mercado de Quiroga Ballesteros. Para eso estoy seguro que ahí nos tendrá a todos.