Las drags de Lugo: «No se valora nuestro trabajo, piensan que salimos de la ducha maquilladas y con peluca»
LUGO CIUDAD
Marcos actúa como Afroditta desde el 97 y Francis como Sra. Paca desde el 2017. Son las dos artistas que dan shows en la ciudad: «Así soy la mejor versión de mí mismo»
11 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Trabajo, reivindicación, vocación y, sobre todo, arte. Son las palabras con las que definen la cultura drag las dos artistas de Lugo que están en activo. Después de varios años, el nuevo local Love Lugo ha recuperado los shows de drag queens. Marcos actúa como Afroditta desde 1997 y ya es su dedicación exclusiva, Francis creó a Sra. Paca en el 2017 para reivindicar el acoso sufrido de adolescente y crear la mejor versión de sí mismo. Ambas repasan su historia y la situación de su trabajo: «Todavía no se nos toma en serio».
Afroditta fue una de las primeras drags de la ciudad de Lugo. Marcos, a sus 45 años, ya tiene 25 de trayectoria a las espaldas. Nació en la capital, aunque emigró a Suiza y vivió en Burela o A Coruña. Finalmente la vida le trajo de vuelta a Lugo cuando ya se había subido a los escenarios con peluca. Recuerda las primeras veces que este arte le llamó la atención cuando era pequeño: «Había un programa en la tele, El Puente, donde vi a unas drags de Barcelona y fue donde me enamoró el mundillo».
La primera vez como Afroditta surgió un poco de improvisto, ya que fue un regalo para el cumpleaños de una amiga: «Queríamos contratarle una drag, pero como no encontrábamos ninguna decidí hacerlo yo». Desde entonces su álter ego se quedó con él. Afroditta nació como una «chica sexy y tontita» que le da un doble sentido a las canciones para darle un tono cómico a sus espectáculos. «Es echada para adelante y sin miedo a nada», define.
«En los 2000 llenábamos las salas y nunca me faltó el trabajo»
Cuando Marcos empezó a trabajar en Lugo, conocía tan solo a otra drag que ya llevaba años actuando, así que fue uno de los que dio los primeros pasos. Lo hizo además junto a un amigo de toda la vida, la drag Decadencia, junto al que formó el dúo Las Supremas. «Empecé de broma pero nunca me faltó trabajo», asegura. Recuerda su primer espectáculo remunerado, en un cumpleaños en Monforte de Lemos.
En Lugo, el local Glam Nights fue el primero de ambiente, funcionó durante varios años y por él pasaron varias drags para dar sus espectáculos. Marcos recorrió toda Galicia y parte de España con su espectáculo de Las Supremas, incluso fueron a programas de la TVG o a Factor X. «Recuerdo llenar salas en los 2000». A pesar de ser pocas artistas, igual que ahora, asegura que nunca tuvieron ningún problema: «Salíamos vestidas a la calle y siempre fue bien».
El lucense relata que lo más complicado fue evolucionar como artista ya que por aquel entonces no había la información. «Fuimos autodidactas» sentencia. Empezaron a maquillarse por prueba y error: «Al principio parecíamos cuadros». Además, eran Madrid o Barcelona los lugares donde estaba más avanzada esta cultura, mientras la provincias se quedaban atrás.
Ahora, con concursos televisivos como Drag Race España, las nuevas artistas «salen delante de las piedras», pero Marcos defiende que su trabajo todavía no está valorado. Marcos tiene la impresión de que no los toman en serio: «No ven el trabajo artístico que hay detrás, se nota sobre todo a la hora de ofrecer tu caché». Cree que algunos locales menosprecian las horas de preparación, maquillaje, vestuario o ensayo. Por eso es una buena noticia que, después de varios años, la ciudad recupere con Love Lugo esta oferta cultural.
«Tuve más problemas por ir de la mano con mi pareja que como Sra. Paca»
Mientras Marcos es uno de los pioneros, Francis, de 26 años, es una de las últimas incorporaciones al drag lucense. Apenas se sumaron más lucenses a esta disciplina. Su inicio también fue poco premeditado: «En el 2017 me presenté por primera vez al concurso Miss Deusa, del colectivo ALAS, porque me llamaba la atención y acabé ganando así que la gente me animó». Francis es peluquero, así que el mundo del maquillaje y las pelucas no le era del todo ajeno. Esto se juntó con su admiración por Lady Gaga —«mi tío y una amiga me llamaban Lady Paca»—, y derivó en ser la Señora Paca.
Su álter ego, cuenta Francis, nació como una manera de reivindicar el acoso sufrido en su adolescencia: «Es la mejor versión de mi mismo». Aunque no deja de ser arte y también un trabajo. El interés por la cultura drag se remonta a cuando venía de pequeño a La Veneno por la televisión. «Hace años no se nos veía prácticamente nada, pero después con series como La que se avecina, la propaganda del Orgullo, las redes sociales o Drag Race fue cambiando», explica.
A diferencia del acoso sufrido en la adolescencia, cuando Francis creó a Sra. Paca fue muy bien recibido. «Voy a estar eternamente agradecido de que en mi casa nunca hubo ningún problema con mi homosexualidad y hablar de estos temas, solo temían por que trabajase en el mundo de la noche», relata. El lucense cuenta que en algunas ocasiones le increparon por la calle en Lugo por ir de la mano con su pareja o salir maquillado, pero trabajando como Sra. Paca nunca tuvo ningún problema. «Ni una mala mirada ni un cuchicheo, aunque con la peluca hay menos campo de visión», bromea.
Como su propio nombre indica, Sra. Paca es una señora, en sus espectáculos no hace «grandes aspavientos» porque «una señora no se despeluca» sino que recurre a canciones más clásicas y a las grandes cantantes españolas. Francis pasó de ser participante a Miss Deusa a presentar cada año el evento, ya que forma parte de la directiva de ALAS. Y fue actuando por toda Galicia.
Su referencia en Lugo eran las Supremas, pero desde que comenzó a actuar no había ningún local en el que se realizaran shows de drags. Ahora trabajará semanalmente en Love Lugo: «Pensé, ¡por fin!». Francis se estrenó en San Froilán en un bar a rebosar con todos los pases a tope. Defiende que la cultura drag está ganando espacio pero cree que todavía no se valora suficiente su trabajo: «Se piensan que sales de la ducha maquillada y con peluca». Sra. Paca tiene detrás horas de ensayo y también un gasto económico. En el nuevo local LGBT al menos ya se ha creado un lugar de reunión para el colectivo en el que «ser tú sin que nadie te vaya a juzgar».