La Muralla de Lugo se pone guapa para recibir a los vencejos que regresan de África

Lorena García Calvo
Lorena G.C. LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Durante las últimas semanas la Muralla se ha acicalado
Durante las últimas semanas la Muralla se ha acicalado cedida

Los pájaros, tras recorrer más de 9.000 kilómetros, regresarán a sus nidos para criar

20 abr 2023 . Actualizado a las 21:30 h.

La Muralla romana de Lugo, la única íntegra que se conserva en el mundo, lleva semanas acicalándose a la espera de que regresen los vencejos que cada primavera anidan en el monumento. La Xunta, como todos los años, encomendó a una empresa que limpiase de vegetación los paramentos del Patrimonio Mundial, tanto los exteriores como los interiores, para que los pájaros puedan rehacer sus casas sin dificultades.

En la parte externa es donde se concentran habitualmente el mayor número de nidos, mientras que en la pared interior, con mucha menos demanda, las labores de limpieza se irán completando bajo la supervisión de un biólogo. 

Es a partir de la segunda quincena de abril cuando, tradicionalmente, los vencejos que nidan en Lugo, una de las colonias más relevantes de España, llegan a la ciudad y se asientan en el monumento romano. Lo hacen tras recorrer de nuevo los 9.000 kilómetros que separan la ciudad amurallada de África central, el área en la que pasan los meses de invierno. 

Cuando regresan a sus hogares en Lugo, los pájaros se asientan en la parte intermedia de los lienzos, a unos dos metros del suelo y otros tantos del adarve, para tener más tranquilidad y que nadie los perturbe durante la época de cría. Lo hacen tras haber recorrido miles de kilómetros volando de forma sostenida y sin apenas posarse en ningún lado. Hay cálculos que apuntan a que estas aves pueden llegar a vivir hasta doce años recorriendo, a lo largo de su existencia, más de 140.000 kilómetros. 

También se limpiará el adarve

Limpiar las paredes de la Muralla para que aniden los vencejos no es la única tarea que hay que hacer sobre el monumento. También se limpiará el adarve, donde la hierba ya empieza a campar a sus anchas, aunque como esta parte no interfiere con la llegada de los vencejos, será lo último que se hará.