Adiós a un punto negro para peregrinos en el Camiño Primitivo a su paso por Lugo

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

En Semana Santa estará finalizado el camino peatonal que evitará que los transeúntes tengan que cruzar la autonómica e ir por el arcén

27 mar 2023 . Actualizado a las 19:35 h.

El Camiño Primitivo, la ruta más antigua de peregrinaje a Santiago y Patrimonio de la Humanidad, aún tiene zonas de gran peligro los peregrinos. Un tramo, a su paso por el concello de Lugo, arrastraba desde hace años un punto negro entre los núcleos de Carballido y Mazoi.

A lo largo de algo más de un kilómetro, los peregrinos tenían que ir por el arcén de la LU-530 porque no había alternativa. Y como la circulación de peatones debe ir en el sentido contrario a la marcha de los vehículos, se veían obligados a cruzar la vía en dos ocasiones. Una, a la altura de la intersección que lleva a Vilarvento, y otra junto al desvío que va a la aldea de Carballido. Precisamente en este último lugar, ese cambio de acera se realizaba en un cambio de rasante, por lo que al riesgo de cruzar la vía, se sumaba el hacerlo con poca visibilidad. Un punto negro con todas las de la ley para el caminante.

A la vista del peligro y de las muchas demandas que se habían planteado, la Xunta, que tiene las competencias en lo que a rutas peregrinas se refiere y también tiene la titularidad de esa carretera, decidió tomar cartas en el asunto y a través de la Consellería de Infraestruturas destinó 185.000 euros a crear una senda peatonal que permitirá que los peregrinos y demás caminantes cubran esos 1,3 kilómetros sin exponerse al tráfico. El camino va desde el punto kilométrico  6,800 al 8,100 por el margen izquierdo. 

Las obras comenzaron hace ya semanas y la previsión es que estén finalizadas para Semana Santa, cuando el volumen de romeros ya será más alto. La empresa pública Tragsa se está encargando de la obra, cuyo grueso ya está listo. Los trabajos incluyeron desmontes, movimientos de tierra y preparar una senda peatonal de tierra prensada que va en paralelo a la vía autonómica, pero lo suficientemente separada como para transitar con tranquilidad. 

A mitad del tramo, para salvar un riachuelo, se hubo que construir una pasarela de madera de más de 100 metros de longitud que ya está finalizada y que utilizan desde hace días los peregrinos y caminantes. De esta manera, también los vehículos que circulan por la carretera que une Lugo y A Fonsagrada pueden transitar por el lugar con más tranquilidad.