La Muralla de Lugo pasará en junio el examen de la Unesco

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

La Unesco pedía en el 2014 que se incrementase la peatonalización junto a la Muralla, algo que se ha hecho, por ejemplo, en A Mosqueira
La Unesco pedía en el 2014 que se incrementase la peatonalización junto a la Muralla, algo que se ha hecho, por ejemplo, en A Mosqueira ALBERTO LÓPEZ

En el informe de hace una década expuso los problemas que sufría el monumento y este año analizará si se cumplieron los consejos para su mantenimiento

14 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La Unesco, a través de sus técnicos de Icomos, realizará este junio del 2023 su informe periódico sobre el estado de conservación de la Muralla de Lugo. El organismo de la ONU lleva a cabo este tipo de revisiones en aras de confirmar que los bienes de la lista mundial mantienen su condición y como fórmula para reclamar a los estados que tengan actualizados planes de conservación. De no ser así, pasarían los bienes a formar parte de una lista en peligro y, acabar, siendo expulsados como Patrimonio de la Humanidad.

En el caso de Lugo y su Muralla no existe el problema de perder el título ni de formar parte de la citada lista en peligro, pero la Unesco va a querer que la Xunta (la Administración que es propietaria del monumento) expliqué qué ha hecho y qué planes tiene para conservar y poner en valor el muro romano lucense.

La Muralla de Lugo, como bien que posee valores universales excepcionales, debe de tener un plan de gestión, ya que es un requisito que marca la Unesco. Por este motivo, la Xunta está apurando los plazos para elaborar el plan director del monumento, y aunque no estará acabado hasta mediados del 2024, prevé que para junio pueda exponer a los técnicos de Icomos un primer avance del citado plan.

El Comité del Patrimonio Mundial solicita que los informes de las misiones de examen del estado de conservación de los bienes del Patrimonio Mundial incluyan:

a) una indicación de las amenazas o de la mejora considerable en la conservación del bien desde el último informe presentado al Comité del Patrimonio Mundial.

b) toda implementación de las decisiones precedentes del Comité del Patrimonio Mundial sobre el estado de conservación del bien.

c) información sobre cualquier amenaza, daño o pérdida del valor universal excepcional, la integridad y/o la autenticidad que justificaron la inscripción del bien en la Lista del Patrimonio Mundial.

En el caso de la Muralla de Lugo, la Unesco, desde que la designó en el año 2000 como bien patrimonio mundial, ha pasado una revisión de los técnicos, cuyo informe se publicó en el 2014. En aquel estudio se expusieron los relevantes avances que se habían logrado, destacando el compromiso de las Administraciones, pero también las amenazas que tenía el monumento.

Se prevé que en el informe que se haga en junio de este año se estudien si se dio solución a aquellos aspectos a mejorar y se valore qué plan de gestión tiene previsto llevar a cabo la Xunta para los próximos años. Estas fueron las principales amenazas que expuso la Unesco en el 2014 y las soluciones que se llevaron a cabo en la última década.

El tráfico y las grietas

Más peatonalización para evitar vibraciones. Icomos consideraba que el tráfico de vehículos no le sienta bien a la Muralla; ni siquiera las obras que se ejecutan en la Ronda. «El tráfico, las vibraciones, aceleran el proceso de degradación y aumentan la presión que provoca las grietas y las deformaciones del monumento». Para solucionar este problema, Icomos proponía medidas encaminadas a la reducción del tráfico en la Ronda y en el centro histórico. También solicitaba que se hicieran más zonas peatonales tanto dentro del recinto amurallado como en el exterior: «Anillos peatonales y zonas verdes», dice. El Concello tomó nota y durante esta década se ha peatonalizado A Mosqueira, reducido el tráfico entre Porta Santiago y Rúa Vilalba, y potenciado el uso de la bici y la bajada de la velocidad a 30 por toda la Ronda. Además, hay planes de seguir con la peatonalización parcial de más tramos de la Ronda y del interior del casco histórico.

Con humedad, vegetación

Plan de limpieza. Icomos señalaba hace una década que debido a la situación ambiental y las condiciones meteorológicas de Lugo («escaso sol, radiación, lluvia, niebla, etcétera») las paredes de la Muralla están expuestas a alta humedad relativa, «que aumenta la proliferación de microorganismos y plagas que afectan al muro en su integridad». La solución que se proponía es la que lleva ejecutando la Xunta desde hace años: «Eliminación de vegetación aplicando tratamientos manuales, con supervisión y mantenimiento de la limpieza». Un equipo de la Universidade de Santiago, tras analizar la situación de la flora que coloniza las paredes del monumento, presentó en el 2015 a la Xunta el protocolo de actuación para la eliminación de las hierbas, y es este el que se aplica desde entonces con mimo y con presupuesto anual.

El agua y las filtraciones

Asentar el pavimento del adarve para evitar bolsas. La acumulación de zonas de agua en la Muralla provoca las temidas filtraciones, que a su vez, señalaba Icomos, acaban afectando a los materiales y a su estabilidad. Para intentar paliar este problema se proponía una solución que la Xunta lleva años realizando (desde antes incluso del 2014). Se trata de obras de impermeabilización en el propio pavimento del adarve, además de eliminar conducciones de líneas de electricidad, elementos metálicos y restos de estructuras antiguas. Los caminantes que pasean por el adarve habrán visto pequeños surcos a lo largo del firme, precisamente para intentar evacuar el agua hacia el exterior, evitando las bolsas de agua que acaban siendo absorbidas hacia el interior. Además, la reconstrucción y rehabilitación de numerosos cubos ha permitido mejorar la impermeabilización y consolidar la Muralla.

Fauna y flora viven felices en los muros

Control exhaustivo. Las plagas, las malas hierbas y otras especies leñosas, así como aves que anidan en la Muralla, «provocan físicamente fallas en la estructura y a nivel químico afectan a los materiales». Icomos consideraba que estos factores son determinantes para la estabilidad del monumento. Proponía el control de la vegetación (que se extrae de manera manual) y la aplicación fitosanitaria, con tratamientos en primavera y en otoño. Se hizo una investigación para el uso de nuevos herbicidas. En cuanto a la fauna, todos los veranos se realiza un control de los vencejos que anidan en la primavera y el verano, antes de marcharse para vivir en África.

La mano del hombre 

«La policía debe supervisar». Icomos era muy claro en el diagnóstico: «Robos, grafitis, uso inadecuado del monumento, destrucción del mobiliario (las luces), deterioros en las paredes y daños intencionados en el tejido». Cuando se hizo el informe del 2014, se habían vivido en años anteriores episodios de vandalismo y botellones que habían alarmado a la sociedad. Hubo lanzamiento de piedras a conductores desde el adarve lo atestiguan. Apuntaba Icomos que las pinturas y los grafitis en las paredes pueden dañar el tejido del monumento. El organismo de la Unesco dejaba claro que además de la restauración de los daños es necesaria la intervención de la policía para el buen mantenimiento de la Muralla. Icomos constataba que al ser un monumento abierto al público y formar parte de la estructura urbana de la ciudad, era necesaria su vigilancia. Desde el 2015 han sido menos las agresiones, en parte por el aumento de la vigilancia, y en parte por incremento de la concienciación social.

Amenazas urbanísticas

«Regulación de la altura de los edificios». El informe de la Unesco valoraba como negativo el impacto de algunos edificios y del urbanismo en general sobre la Muralla, pero no analizaba cuáles son ni qué peligros podía haber. Destacó el papel que juega el Pepri y la Lei de Patrimonio de la Xunta como elementos que velan por el urbanismo interno de la ciudad, pero señalaba que las Administraciones «tienen un impacto directo en la protección de las paredes de la Muralla, en términos de planificación del tráfico, la creación de espacios abiertos y la regulación de altura de los edificios». Hay que recordar que en los 22 años que lleva la Muralla como patrimonio mundial solo en una ocasión intervino Icomos, tras advertencias hechas por historiadores y arqueólogos de Lugo. Se trataba del proyecto para construir un auditorio en el cuartel de San Fernando. En mayo del 2007, María Rosa Suárez, entonces presidenta de Icomos en España, recomendó a la Xunta y al Concello: « Se deben evitar las posibles afectaciones visuales negativas derivadas del proyecto en cuestión (...) y se recomienda que el cuartel de San Fernando se destine a otro uso compatible con su categoría, que no afecte a sus valores, a su autenticidad y a su integridad y que se igualmente respetuoso con los valores espaciales, formales y ambientales del centro histórico lucense». Casi diez años después, la Muralla sigue con sus achaques y con polémicas (véase la esquina de San Roque y la futura edificabilidad) y el cuartel vive en la ruina. 

El coronavirus y la Unesco ayudan a difundir la Muralla de Lugo a nivel mundial

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La última sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, en julio del 2019, dejó el catálogo de bienes en 1.121 sitios Patrimonio de la Humanidad, de los cuales 869 son culturales, 213 naturales y 39 mixtos, distribuidos en 167 países. De ellos, 48 son de España y tres, de Galicia. Pues que de más de un millar de lugares tan especiales en todo el planeta la Unesco haya elegido 40 para promocionar y animar a los internautas la etapa de confinamiento y entre ellos esté la Muralla de Lugo supone un espaldarazo para el monumento romano

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