«No puedo estar sin fumar porros, no soy persona»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ADRIÁN BAÚLDE

Asegura en un juicio que el desabastecimiento de drogas durante el confinamiento les hizo desplazarse desde Lugo

10 ene 2023 . Actualizado a las 18:55 h.

El 20 de mayo del 2020, la Guardia Civil se incautó en un control de carretera en el peaje de la autopista AP-9 a su paso por Vilaboa un total de 688,4 gramos de resina de cannabis y 0,438 gramos de cocaína. Ayer, mientras el conductor del Ford Escort, Casimiro M., negó cualquier relación con esta partida de estupefacientes en la Audiencia de Pontevedra, su cuñado Antonio M. M. reconoció que la droga era de su propiedad, si bien negó dedicarse al tráfico de drogas. En su lugar, sostuvo que era para autoconsumo: «Llevaba la droga, pero no para venderla», manifestó su abogado al inicio de la vista.

En este sentido, Casimiro M. reconoció que, «por desgracia», es drogodependiente hasta el punto de que «no puedo estar sin fumar porros, no soy persona». En todo caso, dejó claro que en la actualidad «estoy un poco mejor» que cuando fue arrestado por la Guardia Civil.

A la hora de argumentar el consumo propio dada la importante cantidad de hachís intervenida, este vecino de Lugo aludió a que, por aquella época, aún persistía el estado de alarma por la pandemia del coronavirus, por lo que el confinamiento, según su relato, habría provocado un desabastecimiento de droga en su localidad de procedencia. Haciendo gestiones se enteró de un contacto en Vigo que le podría facilitar los estupefacientes previo pago de quinientos euros: «Cogí tanto porque estaba confinado, para dos meses o así», señaló durante su comparecencia.

De igual modo, mantuvo que su cuñado desconocía la existencia de la droga, ya que le había engañado asegurándole que el desplazamiento a Vigo era para ver un coche que, supuestamente, pretendía adquirir. A este respecto respondió «ni jarto de grifa» cuando le preguntaron si Casimiro M. estaría dispuesto a llevarlo hasta Vigo si sabía que era para adquirir drogas.

Por su parte, este último solo respondió a las preguntas de su abogado. Y lo hizo para insistir en que desconocía la existencia de la partida de estupefacientes —«la verdad es que me llevé una sorpresa»—, así como aclaró que su cuñado viajaba en los asientos traseros porque le dolía la espalda.

Lo cierto es que la Guardia Civil le dio el alto al Ford Escort y los agentes, al ver el estado de nerviosismo de sus ocupantes, decidieron realizar un registro. «Siempre me pongo nervioso cuando me para la Guardia Civil», vino a decir Casimiro.

En este punto, uno de los agentes ratificó que, mientras este no daba encontrado la documentación del coche, quien viajaba en el asiento trasero «estaba continuamente moviéndose». «Tratou de ocultar un bolso baixo o asento do copiloto», añadió un segundo guardia, quien reconoció que el conductor ya les dijo entonces que, si encontraban algo, él no sabía nada. Si bien, apuntó que hizo esta afirmación antes de que localizasen los estupefacientes.

Finalmente, el fiscal mantuvo las peticiones iniciales de cuatro años y seis meses, y cinco años de prisión por tráfico de drogas para los encausados.