Incluso baraja una opción más optimista, aunque la descarta casi de inmediato: «Vamos a pensar que fue un fallo puntual. Que tuvimos mala suerte y que esta deficiencia solamente se encontraba en el tablero que se derrumbó primero. Eso parece imposible, ya que todas las dovelas están hechas de igual forma. Parece raro, casi utópico, pensar que solo estaban mal justo los tableros que cayeron».
Tampoco deja indiferente al ingeniero la tercera causa. En este caso, el Ministerio afirmó que los trabajos de reforma de los cables de pretensado, realizados desde julio del 2021 hasta junio del 2022 —cuando se produjo el desplome— fueron uno de los motivos. «Nada de nada», lamenta Notario Vacas. «Están confundiendo las causas con otros factores. Si ya detectaron deficiencias en los cables de pretensado, los trabajos de hidrodemolición que llevaron a cabo para corregirlas no pueden ser una causa. Las causas ya estaban ahí, por eso el puente estaba deteriorado. Como mucho, sería un motivo que aceleró el derrumbe, pero en ningún caso lo causó», añade.
El Ministerio es responsable del mal mantenimiento
Fuera de las causas, Notario Vacas se mostró algo disconforme con la falta de mantenimiento reconocida por el Gobierno en el informe. «Aunque el documento lo haya hecho un estudio independiente, el Ministerio se está aquí señalando a sí mismo. Si ha habido falta de mantenimiento es su responsabilidad. Y si la persona encargada no ha sabido ocuparse de que esto no ocurriese, pues que se vaya a su casa y que venga otro», alega.
Para el exregidor de Lugo, este informe crea más preocupaciones de las que elimina. «Si reconocen una falta de mantenimiento de este calibre, no sé qué pensar del resto de carreteras que están bajo su supervisión», dice. «Tengo la sensación de que se confiaron. Sabían que era una estructura joven, de solo 20 años, y pensaron que no necesitaba atención», completa.
Termina el exinspector rechazando la «excusa» de la complejidad del terreno, una zona montañosa y con muchos valles en plena frontera entre Galicia y León. «Ahí ha habido carreteras desde hace cien años. Con la tecnología del siglo XXI, me parece poco aceptable alegar que el terreno es difícil para estas construcciones», concluye Notario Vacas.
«La mejor decisión que han tomado ha sido esta última, la de habilitar el desvío en Doncos por la N-6. Lo digo porque fue un tramo que hice yo», bromea, para terminar la entrevista.
ANDRÉ S. ZAPATA
Poca gente puede presumir de haber llegado a los 95 años con la claridad de una de las figuras más importantes de la historia moderna de la ciudad amurallada. Y es que Tomás Notario Vacas (Córdoba, Argentina, 1926), exalcalde de Lugo en dos mandatos y uno de los ingenieros que revolucionaron Galicia en el siglo XX, todavía conserva una memoria, una agilidad y una lucidez que parecen imposibles para una persona que atisba ya los cien años. «Mi única limitación es física, porque me rompí el fémur hace un año y desde entonces me cuesta un poco caminar», comenta, mientras se sienta en uno de los sofás que presiden el salón de su casa.
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