El cierre del vicerrectorado de Lugo, otro paso para desmantelar el campus

LUGO CIUDAD

La decisión de clausurarlo se tomó sin dar información a la comunidad universitaria y hay quejas por la pérdida de relevancia de la USC en la ciudad
17 nov 2022 . Actualizado a las 10:39 h.El cierre de la sede del Vicerrectorado de Lugo —a la espera de que se visibilicen los nuevos usos que anunció el rector de la USC— supone un nuevo paso en el desmantelamiento de la institución universitaria en la ciudad de Lugo. Por el momento, la parte académica e investigadora no se ve afectada, al contrario porque la marca Campus Terra ha conseguido una acreditación de calidad, pero no así el aspecto institucional.
Responsables de centros del campus, exaltos cargos de la USC en Lugo y profesorado en general destacan que en los últimos años la Universidade de Santiago ha perdido peso y presencia en la ciudad, y que la decisión de cerrar el edificio de Pío XII supone un paso más en esa escalada de ausencia y relevancia.
El segundo mandato de Antonio López en la USC, que comenzó el pasado febrero, ya arrancó con una decisión que no sentó nada bien en la comunidad universitaria. Se trata de que la máxima representación institucional de la USC pasaba a ser un segundo apellido dentro de otra vicerrectoría más genérica.
Así, hasta este 2022, la máxima autoridad de la USC en Lugo ocupaba el nombre de Vicerreitoría de Coordinación do Campus de Lugo, a la que además se le asociaban otras vicerrectorías adjuntas. Llegó a haber hasta cuatro, todas ellas con sede en el edificio de Pío XII. Pero en la actualidad —salvo el caso de la responsable específica para el Campus Terra— Francisco Fraga es el único, y antes que vicerrector de coordinación del Campus tiene es de organización académica, perdiendo de facto el campus su referente institucional.
Otra consecuencia del cierre es el recorte de servicios, especialmente culturales, que se ofrecían tanto en el Vicerrectorado y en la Casa do Saber. El cese de actividad ha ido parejo con el despido o no renovación de empleados que desempeñaban funciones que mantenían los dos edificios en marcha, de tal forma que se vació de contenido, de personal y de vicerrectores un edificio que resurgió del abandono en el 2002 y en el que la USC, con el apoyo de las instituciones de Lugo, invirtió solo en el pazo de Montenegro 1,7 millones.

Quejas de los alumnos del cuarto ciclo porque han sido trasladados a Veterinaria
Las consecuencias de cerrar el edificio del Vicerrectorado van más allá de la presencia institucional o no de la USC en el centro de la ciudad. Por ejemplo, los alumnos del cuarto ciclo que utilizaban el salón de actos de la Casa do Saber para sus ensayos de teatro o de danza, al cerrar el edificio y restringir sus horarios, fueron trasladados a una sala de Veterinaria, con lo que personas de cierta edad tienen problemas para poder llegar en tiempo y forma a las actividades.
«Estabamos a gusto no centro e permitíanos acudir a facer os nosos ensaios, pero agora hai xente maior e mesmo unha persoa cega que teñen que coller buses, desprazarse ao campus, e ao final quita as ganas de participar», explicaba ayer una usuaria del cuarto ciclo universitario. El recorte de servicios que prestaba la USC también afecta a otras actividades culturales, como la oferta de cine del Valle-Inclán y el CGAI, cuyas películas se tienen que proyectar a las seis de la tarde en vez de a las ocho, como antes.