El juez Roberto Barba: «Prefiero resolver un caso de violencia de género en un día y no alargar la agonía de la víctima»

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El magistrado Roberto Barba (izquierda), durante la conferencia que dio en la UNED de Lugo.
El magistrado Roberto Barba (izquierda), durante la conferencia que dio en la UNED de Lugo. ALBERTO LÓPEZ

El magistrado del Juzgado de lo Penal número 2 de Lugo dio una conferencia en la UNED en la que pidió más apoyo institucional: «Nos venden mucho humo, pero seguimos sin la infraestructura necesaria»

23 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las denuncias relacionadas con delitos relacionados con la violencia de género han aumentado un 30 % en España en el último lustro. La infraestructura de la Judicatura estatal no se ha adaptado a este aumento, convirtiendo a estos asuntos en unos de los grandes desatendidos de la Justicia española en la actualidad. Esta es, al menos, la visión de uno de los miembros más destacados de los juzgados de la ciudad de Lugo.

Roberto Barba Alvedro es el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Lugo. Fue el protagonista de una conferencia celebrada este jueves en el salón de actos de la UNED de Lugo. Este acto está enmarcado en unas extensas jornadas centradas en los nuevos desafíos jurídico-sociales en materia de seguridad pública, que incluirán distintas charlas entre los meses de octubre y noviembre.

En el simposio, el juez elaboró su discurso centrándolo en una temática que controla a la perfección: los métodos de investigación en materia de violencia de género. Sin pelos en la lengua, el magistrado criticó la infraestructura actual en esta sección y animó a los funcionarios de los servicios sociales, de las comisarías, de los cuarteles y de los juzgados españoles a que se formen en esta materia con el objetivo de proceder de la mejor manera a la hora de tratar con víctimas de violencia de género.

«Es difícil convencer a una mujer de que denuncie al padre de sus hijos si no le podemos asegurar que va a tener un proceso rápido y eficaz por delante»

Para Barba, es vital llevar a cabo la mejor indagación posible desde el primer momento en el que una potencial víctima de violencia de género pide ayuda hasta que se condena a un supuesto maltratador. 

«La Justicia tardía no es justa. Tenemos que poner todos de nuestra parte para que estos procesos sean lo más rápidos posibles», explicó el juez, que cuenta con años de experiencia en distintos juzgados gallegos, como A Coruña, Betanzos o Lugo. «Es difícil convencer a una mujer de que denuncie al padre de sus hijos si no le podemos asegurar que va a tener un proceso rápido y eficaz por delante. No hay que olvidar que para ellas, el mero hecho de la denuncia puede suponer un trauma», incidió el magistrado.

 

Roberto Barba es el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Lugo.
Roberto Barba es el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Lugo. ALBERTO LÓPEZ

«He oído grabaciones policiales en las que los agentes cuestionaban la versión de la víctima»

Barba puso el foco sobre la experiencia de las mujeres víctimas de violencia de género y cómo afrontan personalmente un procedimiento así. El primer paso, según su punto de vista, suele estar en la labor de policías y guardias civiles en las comisarías y cuarteles. «Deben ser diligentes y tener empatía. No hay que forzarla a declarar ni advertirla sobremanera. Es muy perjudicial decirles que si están seguras de lo que hacen, que si no es para tanto, o que si no va a servir para nada. Hay que evitar comentarios así», dijo el juez. 

«He oído grabaciones policiales en las que los agentes cuestionaban la versión de la víctima, diciéndole que si eso no podía ser así, o insistiéndole en que no podía mentirles. Eso es una barbaridad y hay que erradicarlo», recordó Barba.

En su discurso, llegó a decir que «existe maltrato institucional en ocasiones en comisarías, servicios sociales y juzgados», animando a los implicados a entender que «no se puede tratar estos delitos como un hurto o unas lesiones». Para él, «las mujeres suelen quedar desatendidas en muchos de estos casos», añadiendo que, «si son migrantes, más todavía».

Las consecuencias que tiene una denuncia para el acusado son muy graves, por lo que Barba insiste en «asegurar la presunción de inocencia», pero sin olvidar también que «en un lugar eminentemente rural como es Galicia, una denuncia de violencia de género rompe una familia. Se crean dos bandos, y eso para la víctima es durísimo». 

A mitad de la conferencia, el juez entró en uno de los temas en los que más hincapié quiso hacer de toda la sesión: la lentitud de los procedimientos. Si los procesos duran más tiempo del debido, en los casos de violencia de género, «se produce una sensación de impunidad en el maltratador, en caso de que fuese culpable, y de indefensión en la denunciante».

Un proceso rápido y eficaz es preferible a uno lento y detallado

El magistrado quiso resumir su postura con un ejemplo práctico. «Si en un caso de este tipo, yo tengo la opción de condenar a un maltratador por dos delitos muy evidentes y resolver el caso en un par de días, o alargarlo años en busca de un tercer delito que aumente ligeramente su pena, siempre voy a elegir la primera. Lo que las víctimas quieren es que su caso se resuelva lo antes posible. El castigo les suele dar bastante igual. Es preferible instruir una causa y poner fecha a un juicio en dos días que extender el procedimiento durante años en busca de algún delito más y alargar al agonía de la denunciante», concluyó el magistrado.

Para él, lo que se debe evitar es «convertir el procedimiento en un peregrinaje para la víctima». Si ocurre, lo considera «un fracaso para la Justicia». La situación ideal, desde su punto de vista, es la de que la detención del procesado, la instrucción del proceso, los interrogatorios y el señalamiento del juicio rápido (que ahora está en un plazo de unos dos meses en Lugo) se realice en dos días. «La celeridad es más importante que analizar los detalles hasta el extremo», terminó el juez.

Finalmente, afirmó que, a nivel institucional, «se vende mucho humo» en lo que respecta a la legislación de la violencia de género. «Cada vez hay más campañas y más publicidad de esta materia. Y eso está muy bien, pero tiene que venir acompañada de mejoras legales. Los funcionarios no tenemos la infraestructura suficiente para hacerle frente al aumento de las denuncias de violencia de género de los últimos años. La nueva ley no trae aparejada una partida presupuestaria, y así no vamos a ningún lado», sentenció el jurista.

«¿A alguien le importa? No. Seguimos sin medios. Es lamentable», cerró la conferencia.