El Gobierno confirma que la autovía Lugo-Santiago estará finalizada en el 2024

LUGO CIUDAD

Lara Méndez, Isabel Pardo de Vera y José Miñones, este viernes en Lugo
Lara Méndez, Isabel Pardo de Vera y José Miñones, este viernes en Lugo REBECA

Isabel Pardo de Vera anunció la apertura del tramo Palas-Melide el año próximo, y el de Melide-Arzúa, el siguiente

16 sep 2022 . Actualizado a las 16:37 h.

La autovía A-54, que unirá Lugo y Santiago, estará finalizada en su totalidad en el año 2024. Así lo confirmó este viernes en la ciudad amurallada la secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera. Hasta el momento, ninguna voz tan autorizada del Gobierno central había dado en público una fecha para la finalización total de la vía de alta capacidad. Bien es cierto que a principios de año la ministra Raquel Sánchez, durante una reunión con Feijoo cuando era presidente de la Xunta, se había comprometido a que un tramo pendiente (el de Palas a Melide) estaría abierto en el 2023. 

«El primer tramo (Palas-Melide) es el que va más avanzado y estará el año que viene en servicio, y el siguiente (Melide-Arzúa) en el año 2024». Así resumió Pardo de Vera, en una visita al Concello de Lugo, la cronología pendiente. La lucense explicó que todas las tareas que quedan por hacer están contratadas y que se está «trabajando a tope». 

El repaso que Pardo de Vera hizo a la infraestructura viaria, dejó caer que las obras pendientes de la A-54 habían sido contratadas -estando el PP en el Gobierno- con muchos problemas y «lo que mal empieza, mal acaba». Asegura que tuvieron que reconducir un contrato dado que las condiciones no se ajustaban a la realidad de la obra, las implicaciones medioambientales ni el respeto arqueológico, y todo esto implicó retrasos. 

Evolución de las obras

La principal obra nueva del Estado en materia de carreteras en Galicia se ha atascado por varias razones, a pesar de que los presupuestos han ido reflejando partidas millonarias para concluir la A-54. El exsecretario general de Infraestruturas, el gallego Sergio Vázquez Torrón, reconoció hace un año que el problema no era de dinero, si no de varios contratiempos en la ejecución. Así, se han producido fases de gran movimiento de maquinaria y de obreros con otras de parón absoluto.

Los motivos más recientes del retraso tienen que ver con la entrega de materiales. También la huelga del transporte de marzo paralizó la autovía. Lo mismo ocurrió al inicio del coronavirus, con falta de materiales.

Otro contratiempo ha sido la aparición de restos arqueológicos. En las obras públicas se prevén los controles (competencia de la Xunta), pero solo entre Arzúa y Melide se han hallado 14 yacimientos, algunos de gran entidad, como un complejo inédito en Galicia de hace dos mil años con hornos para cocer cerámica y que se ha conservado de manera casi íntegra. Estos hallazgos han causado retrasos por la necesidad de su estudio y por las dificultades para trabajar con maquinaria pesada sin dañarlos.

Un tercer aspecto que ha influido en las obras ha sido la modificación de un pequeño viaducto en O Careón para preservar especies botánicas únicas en el mundo. La declaración de impacto ambiental de hace una década había caducado y se necesitó un nuevo informe, que obligaba a cambiar el trazado del puente con un aumento del presupuesto 1,9 millones.

Y una cuarta razón que ha paralizado por completo durante varios meses las obras entre Arzúa y Melide han sidos los problemas contractuales entre el Ministerio de Transportes y la UTE que ganó el concurso, Sando-Copisa. Este tramo fue licitado a inicios del 2018 por 157 millones y se adjudicó por 88,5 millones. Las obras comenzaron en esa primavera, pero a mediados del 2021 el Gobierno reconoció que tenía problemas con el contrato. Desde hace unos meses se encarga de la ejecución otra UTE, en la que está Acciona, que ejecuta el otro tramo sin terminar, Palas-Melide.