Germán Martínez: «Lo que hace falta robotizar en Galicia es lo relativo a pastizales y forrajes»

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Germán Martínez presidente de Kubota España
Germán Martínez presidente de Kubota España REBECA

Este ingeniero, presidente de Kubota España, expuso en el campus de Lugo los avances tecnológicos en el campo

02 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Germán Martínez es el presidente de Kubota España, una marca japonesa de vehículos agrícolas con más de 130 años de historia que se ha sumergido de lleno en la robotización de sus productos. Hace unos días, el ingeniero agrónomo visitó Lugo para participar en unas jornadas sobre robótica en la agricultura y la ganadería impulsadas por la Escola Politécnica Superior de Enxeñería.

—En julio participó en un encuentro sobre robotización. ¿Qué trasladó a los participantes?

—Les presenté algunas innovaciones en las que está trabajando Kubota, los centros de innovación que tenemos en el mundo para abordar la digitalización que viene para el campo, no solo para la maquinaria sino también para sectores paralelos de lo que llamamos cadenas de valor para la producción de cultivos agrícolas. Por ejemplo, si quieres producir el mejor vino del mundo, no solo necesitas el tractor o el nebulizador, sino detección de plagas y otras cosas.

—¿La digitalización y la robotización se están aplicando intensamente al sector agrícola?

—Estamos en una fase de mucha idea innovadora que ahora hay que poner en práctica y generar el valor para que al agricultor y al ganadero les produzca una reducción de costes operativos, una mejor calidad de vida y un mejor producto, al mismo tiempo que respeta el medio ambiente y produce productos de mejor calidad. Muchas de esas tecnologías todavía están empezando y ahora tienen que demostrar ese valor.

—¿En qué se está trabajando concretamente?

—En sistemas de comunicación entre implementos y tractor; antes el tractor le decía al implemento lo que tenía que hacer, ahora es el implemento el que le va a decir al tractor cómo se tiene que comportar. Se trabaja en utilizar las pasadas de la maquinaria para captación de datos de campo y mandarlos a unas nubes en las que hay que procesar esos datos para, con un análisis de los mismos, tomar decisiones en cuanto a cuándo abonar o cuándo hacer un tratamiento químico si hay una plaga. Se trabaja en sensores que hacen falta para tener una maquinaria autónoma, como son las cámaras de 0,1 segundos, sistemas anticolisión, guiados en curva y recto, etc...

—¿Lo veremos todo en el campo a corto plazo?

—Vamos a ir viendo cosas mucho antes, de hecho, ya hay cosas. Nosotros ya estamos vendiendo tractores autónomos en Japón, cosechadoras y plantadoras de arroz, pero la normativa regulatoria en las distintas zonas geográficas del mundo es diferente, por lo que no se pueden vender en todos lados. Los volúmenes del sector agrícola son muy pequeños comparados por ejemplo con el de los coches. Es complicado que esa inversión se justifique si la regulación en los distintos países no es la misma. Hay acciones por parte de Europa, EE.UU. y Japón para tener marcos regulatorios más globales, pero es muy complicado porque además el nivel de desarrollo de cada país es distinto y las necesidades son diferentes.

—Incluso a nivel más bajo, no son iguales las necesidades de Castilla que las de Galicia.

—Absolutamente, pero incluso a nivel de países, la tecnología puede ser la misma, pero si el marco regulatorio no es el mismo, los volúmenes no se justifican. Tiene que haber una decisión política y una coordinación.

—¿Hay algo a nivel de robotización que se adapta especialmente a las necesidades de una comunidad como Galicia?

—Galicia lo que tiene ahora mismo es el ordeño, que va por muy buen camino, y lo que hace falta robotizar es lo relativo a los pastizales y forrajes. Ya empieza a haber muchas máquinas que permiten la toma de datos en las pasadas y la fertilización personalizada, con ahorro de químico y una mejor gestión y producción de forraje.

—Eso ya está en los campos.

—Sí. Nosotros tenemos, por ejemplo, una abonadora sólida que te localiza, según el mapa de cultivo, el abono según la producción. Es una gestión muy eficiente porque no gastas tanto como gastabas, echas más donde hace falta más. El implemento manda al tractor en base a datos, y una vez que están los datos ya se puede hacer la prescripción. Se usa mucho para reforzar los pastos. Hay zonas en las que se produce mucho pasto y en otras menos. Antes el tratamiento era igual en todos lados, pero ahora no, ahora permite geolocalizar el insumo, en este caso el abono, para donde hace más falta, lleve más abono.

«Las tecnologías que más se van a desarrollar son las que más personal necesitan, porque no hay»

—El campo está cada vez más despoblado, ¿la automatización es el camino?

—Esa es la raíz del problema. Sin duda, las tecnologías que más se van a desarrollar son las que más necesidad de personal humano tienen, porque no hay. Y al mismo tiempo, políticamente tenemos que hacer que la gente que quiera vivir en el campo tenga una calidad de vida similar a la que vive en las ciudades, y con toda la conectividad y todas las cosas buenas que encontramos en las ciudades.

—En un futuro no muy lejano, si la legislación lo permite, ¿veremos tractores que funcionan solos mientras los agricultores están en casa?

—Sin duda, veremos cosas muy novedosas. No sé en cuanto tiempo, pero ya empezamos a verlo.

—En la última década la robotización ya ha sido importante.

—Sí, en el segmento de lo que llamamos cultivos anuales, cereales, maíz, ha habido grandes mejoras. En ganadería, en la gestión robotizada del ordeño ha habido un gran cambio. El siguiente sector que se va a desarrollar muchísimo es el de los cultivos de alto valor, lo que llamamos especiales, olivar, almendro, pistacho, fruta... requieren mucha mano de obra y no tenemos soluciones tecnológicas que permiten sustituir esa mano de obra.