Massimo Mercelli, flautista italiano: «Para mí, es importante interpretar la música lo mejor que pueda, ya sea en La Fenice o en Lugo»

LUGO CIUDAD

Massimo Mercelli ofrece hoy un concierto en A Nova
Massimo Mercelli ofrece hoy un concierto en A Nova Carlos Castro

El músico ha trabajado con compositores como Morricone, Nyman o Glass y fue profesor durante 40 años

11 jun 2022 . Actualizado a las 21:30 h.

El músico Massimo Mercelli (Italia, 1959) está considerado una eminencia en su especialidad, la flauta. Así se explica que grandes compositores de prestigio internacional hayan creado para él piezas con las que deleita a público de todo el mundo. Hoy, serán los lucenses y los visitantes los que podrán regalar a sus oídos uno de sus conciertos. Será uno especial. Mercelli formará dueto con el organista Giulio Mercati en un concierto enmarcado dentro del Festival Internacional de Música de Órgano do Corpus Christi de Lugo. Una cita que arrancará a las 21 horas en la iglesia de A Nova.

—¿Cuántos años tenía la primera vez que tocó una flauta?

—La primera vez que toqué delante del público tenía 12 años y ahora tengo 63, así que llevo 40 años. Pero, realmente, mi debut oficial fue con 16 años.

—¿Por qué la flauta?

—Por una razón muy sencilla, era el único instrumento que podía tocar. Mi dedo meñique izquierdo, por herencia familiar, no se puede estirar del todo, así que para la flauta era perfecto. Realmente, empecé con una flauta dulce, hasta que vi a Ian Anderson en la televisión tocando la flauta y pensé, es increíble, vamos a intentar tocar esta.

—¿Cómo se convirtió en profesional?

—Cuando tenía 16 años era la flauta principal en el Arena Macerata de Verona. Con 19 acabé de estudiar y me convertí en el principal flauta en la La Fenice y en el profesor más joven de Italia. ¡Hoy creo que eran criminales por darme esa responsabilidad, tenía alumnos de 25 o 26 años! (ríe). Era muy desagradable con ellos. Me he pasado los 43 últimos años enseñando y ya me he cansado. Creo que enseñar un instrumento es algo artesanal, como un pintor o un ceramista, y sin embargo ahora se está convirtiendo en algo técnico, complicado y reglado como formación universitaria. El hecho de ser tan estrictos, como marca el sistema italiano, no es beneficioso.

—Porque un músico no deja de ser un artista.

—Exacto. Es muy diferente a ir al colegio, por eso estoy contento de haber dejado la enseñanza.

—¿Cuánto es necesario ensayar para lograr convertirse en un músico de su talla?

—Cuando eres pequeño, muchas, muchas horas. Luego, por ejemplo a mi edad es muy importante ser constante, dedicarle un par de horas todos los días. La clave es la continuidad y la regularidad.

—¿Cree que la gente reconoce suficientemente a la flauta como un instrumento importante?

—No, se ve menos importante que instrumentos como el piano o el violín. La flauta tuvo una época dorada tras la Segunda Guerra Mundial porque muchos compositores importantes crearon valiosas piezas para flauta. Luego, su relevancia fue en descenso porque en los 70 apareció la tendencia de tocar con instrumentos originales la música barroca, y sucede que el 90 % de nuestro repertorio es barroco. Así que nosotros perdimos espacio. Ahora creo que estamos retornando a tocar música barroca con instrumentos modernos, a veces nos encontramos gente obsesionada con volver a tocar música barroca con instrumentos originales para mantener el espíritu, cuando yo creo que hay espacio para todos, cuantas más posibilidades ofrezcas, más opciones tendrá la gente para elegir, ya sea música profana o religiosa. Lo importante es hacerlo lo mejor que se sepa.

—¿Qué es necesario para convencer a la gente de que se aproxime a la música de flauta?

—Hace 50 años, cuando di el primer concierto de mi vida, era difícil llegar porque mi familia no tenía coche, no había televisión y la comunicación era a través de los periódicos, pero en estos 50 años el mundo ha cambiado muchísimo y tras el covid, más. Hay conciertos todos los días, múltiples ofertas on y ofline y una competición increíble por la oferta.

 —El problema es un exceso de oferta.

—Es un problema de oferta a nivel de sociedad, no en el mundo de la flauta. Si observas, las generaciones actuales tienen una capacidad de concentración menor y si por ejemplo acudes a ver una ópera, que es muy larga, exige una larga concentración, no cinco minutos. Ahora manda el modelo de videoclip, todo se concentra en cinco minutos o menos. Es la evolución. Tik-Tok es la punta del iceberg.

—¿Siente la misma emoción tocando en La Fenice que en Lugo?

—Para mí es importante interpretar música lo mejor que pueda. Por supuesto, La Fenice es un lugar importantísimo y yo toqué allí por primera vez con 19 años, pero todos mis conciertos los preparo lo mejor que puedo y con mis manías.

—Usted también organiza un festival en Emilia Romaña.

—Así es, en diferentes lugares de Emilia Romana. Elegimos lugares históricos, antiguas fábricas, bodegas... Yo no quiero un festival de alfombra roja, nada exclusivo, yo quiero algo democrático y barato. Es un festival que incluye además música barroca, contemporánea, clásica, jazz... todo tipo de buena música.

—Ha trabajado con compositores de altísimo nivel y algunos han creado piezas para usted.

—Así es. Morricone, Burt Bacharach, Piovani, Nyman y Glass. Es curioso, porque cuando preguntas a todos ellos quién es su artista favorito, es Bach, es muy interesante ver cómo personalidades tan diferentes tienen una referencia común, la música más pura del mundo.

—En el concierto de esta noche van a compartir escenario la flauta y el órgano. ¿Hacen un buen maridaje?

—Así es, porque en el fondo el órgano es un conjunto de muchas flautas. Depende del registro del órgano, porque cada uno es muy diferente, pero Giulio conoce muy bien las flautas y el repertorio y estoy seguro de que será un gran resultado.