Precisamente a una empresa dedicada a este tipo de reparaciones se enviarán los tres dispositivos que todavía no funcionan. Según el gabinete de comunicación del BNG de Lugo, encargado del área municipal de Infraestruturas, que gestiona el servicio de radares, los trabajos de arreglo pueden durar alrededor de dos meses.
Se deben calibrar
Es por eso que, pese a que los dispositivos físicos ya están como nuevos, todavía falta que esta compañía especializada los calibre. Esta función es vital para los radares, ya que un pequeño margen de error en la medición de las velocidades podría suponer o bien la imposición de multas en exceso o bien la no detección de infracciones. Tanto los propios radares como sus cajas deberán pasar por las manos de esta empresa próximamente, por lo que es posible que los dispositivos de la avenida de Madrid y de Porta Miñá sean también retirados temporalmente en los próximos días.