El acusado de hacerle un «simpa» a un taxista en Lugo: «Fuimos juntos a muchos clubes de alterne, no sé por qué esta vez se enfadó»

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El acusado de hacerle un «simpa» a un taxista de Lugo, sentado en el banquillo de la Audiencia Provincial de Lugo.
El acusado de hacerle un «simpa» a un taxista de Lugo, sentado en el banquillo de la Audiencia Provincial de Lugo. A. SISO

Un enfado puntual entre dos buenos amigos. Esa es la hipótesis que defendió el protagonista del juicio celebrado este viernes en la Audiencia Provincial de Lugo. En la sesión, se juzgó a un lucense, para el que se piden dos años y medio de prisión por engañar a un taxista y no pagarle los 638 euros que le dejó a deber tras un largo viaje. En su declaración, el acusado, de 48 años, afirmó que ambos eran «buenos amigos», y que no entendió por qué le denunció.

«Teníamos muy buena relación. Me había llevado siete u ocho veces en su taxi en viajes de este tipo. Íbamos juntos a cenar y a muchos clubes de alterne de la zona de Bergondo y Betanzos. No entiendo por qué esta vez se enfadó, aunque creo que puede ser porque una de las chicas del club se empeñó una vez en venir conmigo y no con él». Así resumió durante su turno de palabra el motivo por el que cree que fue denunciado. 

El lucense, sin embargo, no es la primera vez que se sienta en el banquillo de los acusados por hechos similares. Cuenta ya con varios antecedentes por otros delitos de estafa, ambos asignados por los juzgados de Ourense poco antes de suceder este episodio.

S. F. G., el acusado, explicó ante el tribunal que su amigo taxista lo fue a buscar a Ourense, no a Lugo, como afirma la Fiscalía en su escrito de acusación. Entonces, contó que ambos mantenían una buena relación y que habían acudido a clubes de alterne como el Tritón (Lugo) o La Fuente (Bergondo) en muchas ocasiones. En esos viajes, que él realizaba habitualmente, el taxista le cobraba siempre la misma cantidad, cien euros, según su versión. 

«Lo que pasa es que se enfadó, no sé si por celos, porque nunca me dio explicaciones, pero por eso estoy hoy aquí», le dijo al fiscal durante el juicio. Aquella noche, él le pagó la carrera a su amigo antes incluso de llegar al club, según su versión. «Al cerrar La Fuente me volví a Lugo en otro taxi. Luego vi que tenía llamadas perdidas del otro chófer, pero no entendí por qué estaba enfadado. Nunca le dije que me esperase en el aparcamiento ni le dejé nada a deber», terminó el acusado.

Fue el propio taxista quien denunció en la comisaría de Lugo la presunta estafa aquella misma noche. Ante la policía, alegó que el acusado dejó una mochila en el taxi como señuelo, para que pareciese que pretendía volver. El agente que atendió la denuncia también compareció este viernes en el juicio, y afirmó que, «en aquella época, tuvimos muchas intervenciones con el acusado por hechos similares». 

Desaparecido durante años fuera de España

El sujeto, de hecho, ha estado ilocalizable durante años hasta poder celebrarse el juicio. En la sesión, él alegó que estaba trabajando en el extranjero, y que se entregó voluntariamente en comisaría recientemente. La Fiscalía, sin embargo, le recriminó la demora, alegando que contaba con 17 requisitorias judiciales en vigor.

En unas conversaciones de Whatsapp desvelada por el taxista, se puede leer como el procesado afirma que solamente le devolvería el dinero que le debía «cuando se lo mandase la policía»

La presunta víctima, durante su turno de palabra, ratificó su versión, afirmando que le pidió que lo llevase de Lugo a Ourense, luego a A Coruña y, finalmente, a Bergondo. Le solicitó que lo esperase en el aparcamiento trasero del club La Fuente, pero nunca apareció. «Entré al local para preguntar por él, pero me dijeron que se había marchado hacía rato», explicó en el juicio. 

El acusado llegó en un furgón de la Guardia Civil a la Audiencia Provincial, ya que se encuentra en prisión provisional debido a sus antecedentes y a las múltiples requisitorias con las que contaba. Se piden para él dos años y medio de prisión, además de una indemnización de 637,48 euros, la cantidad que dejó a deber tras los viajes en el taxi.