Finalmente, la abogada del acusado solicitó su libre absolución. Lo hizo amparándose, primero, en las «costumbres» del país de origen de ambos y, segundo, en las que consideró como «contradicciones temporales» en el relato de la víctima. Aludió, por lo tanto, a circunstancias como el matrimonio concertado de la joven con alguien 20 años mayor que ella y a quien no conocía o la situación en la que se vio obligada a vivir con la familia de su marido una vez llegó a Lugo, en el año 2019. Insistió en varios detalles a este respecto, como que la joven «no aclaró» cuando llegó exactamente a España ni cuándo se habría producido la presunta violación que denunció. «No hay forma de demostrar que estos hechos sucedieron tal y como relatan las acusaciones», terminó.
El último en hablar fue el propio acusado, M. C. Se levantó de su lugar para explicar que, en realidad, había convivido muy poco con su mujer, ya fuese por el tiempo que esta pasó en Marruecos antes de venir a España o por la gran cantidad de horas que él se pasaba en el trabajo.