Lugo enseña a sus vecinos a salvar vidas: compresiones a ritmo de la «Macarena» y desfibriladores en las plazas

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Un enfermero de Cruz Roja enseñó en la Praza Maior las maniobras de reanimación
Un enfermero de Cruz Roja enseñó en la Praza Maior las maniobras de reanimación Carlos Castro

Cruz Roja impartió un curso sobre cómo usar los desfibriladores de la ciudad, que ya es la más cardioprotegida de Galicia

27 may 2022 . Actualizado a las 18:51 h.

En el área sanitaria de Lugo se registran cada año 250 paradas cardíacas y solo el 20 % de los afectados llegan con vida al hospital. El Concello de Lugo se ha empeñado en mejorar la cifra de supervivencia y para ello ha adquirido 67 desfibriladores que se reparten por dependencias municipales, plazas y parques, espacios de uso público y servicios de emergencia. Pero de poco vale tener la tecnología si no se sabe qué hacer con ella, por eso este viernes el Concello, de la mano de Cruz Roja, organizó un maratón formativo en distintos puntos de la ciudad enseñando a los vecinos cómo hacer una reanimación básica y de qué manera usar el desfibrilador. Dos tareas que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Ver, oír y sentir son las tres palabras claves con las que comienza todo, explicó el enfermero de Cruz Roja encargado de impartir la formación en la Praza Maior. Cuando una persona sufre un paro cardíaco es como si su corazón temblase, pero no fuese capaz de enviar impulsos adecuados al cerebro. Se produce entonces una caída y ahí es donde entra en juego la ayuda externa, cuya velocidad será clave.

«Vamos a ver si se mueve, oír si respira y sentirlo. En cuanto nos demos cuenta de que no sucede nada, es importantísimo llamar a emergencias y darle todos los detalles de dónde nos encontramos», explican desde Cruz Roja. Mientras los servicios de auxilio se activan, entra en juego la reanimación y la búsqueda del desfibrilador más próximo. Lo ideal es que una persona comience las compresiones mientras otra busca el aparato de resucitación.

«Que nadie tenga miedo cuando vaya a hacer una compresión. Hay que colocar una mano en el centro del pecho y entrelazar los dedos. A partir de ahí, tenemos que intentar hacer unas cien compresiones por minuto y que sean de calidad, es decir, que sean intensas. No tengamos miedo a romper una costilla, eso será el mal menor», abundan. Hay quien recurre a la canción de la «Macarena» para seguir el ritmo y otros a la de «Bob Esponja». Cualquier truco es válido.

En cuanto el desfibrilador llega, se activa la segunda parte. Los aparatos distribuidos por todo Lugo, tanto en la zona rural como en la urbana, son muy intuitivos y van dando las instrucciones directamente. Indican, por ejemplo, dónde han de colocarse los dos electrodos que llevan, que son los que analizarán cómo está funcionando el corazón. En función de eso, el dispositivo dice si es necesaria la descarga. Cada dos minutos el desfibrilador analiza la evolución y durante este tiempo da instrucciones sobre cómo proceder. Mantener el masaje cardíaco todo el tiempo que se pueda es clave pero agotador, por eso si hay varias personas auxiliando al paciente, lo ideal es que se turnen.

En palabras de Lara Méndez, Lugo será la ciudad más cardioprotegida de Galicia, y desde esta semana también se pueden localizar desfibriladores en varias plazas de la ciudad. Concretamente, se han instalado en A Milagrosa, Campo Castelo, Augas Férreas, Fonte dos Ranchos, parque de Rosalía en el entorno de la estación de Renfe y en el del puente romano, así como en los ascensores de Fontiñas y el Sagrado Corazón.