José Luis Benedito, presidente del Colegio de Veterinarios de Lugo: «Hay gente que se piensa que nos dedicamos solamente a curar mascotas, y no es así»

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

José Luis Benedito es académico de número de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España y presidente del Colegio de Veterinarios de Lugo.
José Luis Benedito es académico de número de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España y presidente del Colegio de Veterinarios de Lugo. LAURA SAAVEDRA

Recientemente nombrado académico de número de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, defiende que «los veterinarios estamos detrás de la investigación del cáncer, de la lucha contra las velutinas o del análisis de las exportaciones»

25 oct 2022 . Actualizado a las 18:17 h.

«No entiendo a la gente que dice que se aburre. Yo no puedo parar quieto. Y si no tengo nada que hacer, me busco algo». José Luis Benedito (Madrid, 1956), efectivamente, no ha parado desde que llegó a Lugo, allá por el año 1983. Inauguró la Facultad de Veterinaria en aquel primer curso. Ahora, de aquel claustro de profesores, solo queda él. El joven docente, 39 años después, se ha convertido en catedrático de Medicina y Cirugía Animal, y fue nombrado recientemente académico de número de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, el único que ejerce en Galicia.

—¿Cómo se siente tras recibir este honor?

—Es un orgullo, desde luego, pero también trae una responsabilidad consigo. Tenemos que dar conferencias y votar en asambleas, siempre en Madrid. Tomamos decisiones importantes para los veterinarios españoles. Allí hay gente con un currículum que mete miedo. Alguno de ellos fue profesor mío en la facultad, por ejemplo. Muchos superan los 90 años, ya que es un cargo vitalicio. Cuando fallece alguno de los miembros, queda una plaza disponible. Me avisaron de que estaba libre y presenté mi solicitud. 

—En esas reuniones se debaten muchos de los problemas de la veterinaria actual. ¿Qué se necesita mejorar en el sector?

—Pues muchas cosas. El intrusismo es uno de los mayores problemas. No se debería permitir que haya gente tratando a animales sin ser veterinarios, por ejemplo. Conozco casos de fisioterapeutas de humanos tratando a caballos, por increíble que parezca. Tener el título no es solo tener un papel, sino conocer los efectos secundarios de los fármacos en cada especie de animal, saber cómo tratar a cada uno o conocer detalles que se le escapan a quien no haya estudiado Veterinaria.

«Solo se deberían poder recetar determinados productos con receta de un veterinario»

—¿Y algo más específico?

—Faltan medidas que me parecen vitales. En Galicia no es obligatorio vacunar a los animales porque no se ha querido legislar, por ejemplo. La gestión de los medicamentos también me preocupa mucho. Solo se deberían poder recetar determinados productos con receta de un veterinario, y ahora mismo no es así. 

—Hay quien está apostando ya por productos naturales.

—Y yo apoyo esa iniciativa. En Galicia, se ha reducido muchísimo el uso de antibióticos. Antes, se les daba a todos los animales de una explotación de forma sistemática, incluso si no lo necesitaba, solo para prevenir posibles enfermedades. En los últimos cuatro años, el uso de antibióticos en animales ha descendido en un 50 %.

—En esa línea van los productos ecológicos.

—Sí, y me parece un gran avance, pero hay que tener cuidado con eso. Algo que es bueno para el consumidor, no tiene por qué serlo para el productor y viceversa. Criar un pollo con métodos ecológicos cuesta dinero, y no sé cuánta gente se podrá permitir pagar dos euros más por un producto así. Hay que encontrar un punto de encuentro para que compense ese modo de producción.

—¿Gozan los veterinarios del prestigio social que merecen?

—Hay de todo. En Lugo creo que sí, porque mucha gente ha estado en contacto con animales y saben lo que cuesta cuidarlos. En el ámbito urbanita, no obstante, sigue habiendo gente que piensa que los veterinarios nos dedicamos solo a curar mascotas. Lo cierto es que estamos detrás de la investigación sobre el cáncer, del análisis de alimentos contaminados, de la lucha contra las velutinas... Hay un veterinario detrás de casi todos los ámbitos de la vida cotidiana. Creo que esto hay que enseñárselo a los ciudadanos ya desde niños, para que no terminen pensando que la leche nace en los supermercados.

«Estamos desarrollando talento en Lugo que acaba dando sus frutos fuera, porque no tenemos nada que ofrecerles a esos profesionales para que se queden aquí»

—Se considera a Lugo como la capital de la veterinaria gallega. ¿Se aprovecha todo su potencial?

—En algunas cuestiones, no. Yo optaría por fomentar más las ofertas para estudiantes de posdoctorado, promoviendo la estabilidad laboral. No podemos pretender que Lugo sea puntera en este sector si se les están ofreciendo contratos de becarios a profesionales de 40 años. Estamos desarrollando talento en Lugo que acaba dando sus frutos fuera, porque no tenemos nada que ofrecerles a esos profesionales para que se queden aquí.

—No todo será negativo.

—Ni mucho menos. No me lo hubiera creído si alguien me hubiera dicho hace 40 años que Lugo sería hoy una potencia en la veterinaria española. Eso es una maravilla. Costó mucho al principio, pero la labor de personas como Luis Cordeiro o Francisco Cacharro (ambos expresidentes de la Diputación de Lugo) fue vital para alcanzar lo que tenemos hoy.

—Lleva casi dos años como presidente del Colegio de Veterinarios. ¿Cómo valora su mandato?

—Hemos hecho cosas, pero nos gustaría haber hecho más. La pandemia nos zancadilleó muchos proyectos. Estamos centrados en promover cursos de seguridad, de cirugía, de biotecnología... Tenemos cosas en mente que pueden ayudar mucho a los veterinarios de Lugo.