El Obispado de Lugo vende rectorales para rehabilitar otros bienes: desde una casa por 45.000 euros en O Corgo, a bienes en Quiroga o Vila de Cruces
LUGO CIUDAD
La Diócesis lucense, la que más parroquias tiene de España, considera que ha tardado demasiado en ofrecer los inmuebles y muchos están deteriorados
10 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La Diócesis de Lugo es la que más parroquias tiene en toda España, 1.139. Esto, traducido en propiedades, ya sean iglesias, capillas, cementerios, fincas o casas rectorales, da un número ingente de bienes que podría superar las 5.000, aunque entre ellas abunden fincas de unos pocos metros y construcciones ruinosas.
Conservar todo ese patrimonio, sobre todo los edificios, requiere un desembolso importantísimo que el Obispado intenta afrontar en algunos casos con la venta de otras propiedades. Es el caso de parte de las rectorales, hoy vacías en su mayoría, y cuyo traspaso sirve para financiar la rehabilitación y mantenimiento de otros inmuebles.
«A diocese fai un esforzo grande no sentido de administrar os recursos que ten para a conservación do patrimonio que é herdanza dos nosos antepasados e de todos, para poder gozalo nos actos relixiosos e a nivel cultural. Pero non se dá conservado todo, é imposible», lamenta Miguel Gómez, delegado de patrimonio del Obispado de Lugo. De ahí que recurran a la venta de bienes como algunas rectorales para financiar otros proyectos de conservación. «Non podemos conservar todas as reitorais nin as fincas, así que, dentro duns criterios transparentes, poñémolas á venda e vai para eses fondos», explica.
Bienes ya deteriorados
A las casas rectorales de la diócesis intentan buscarle salida ya sea vendiéndolas en algunos casos, o rehabilitándolas en otros para alquiler. El problema de esta segunda opción es que requieren grandes inversiones. Y con las ventas hay un problema añadido, muchas ya están muy deterioradas, o directamente en estado ruinoso, por lo que su salida en el mercado es complicada. «Teñen pouca saída porque, por desgraza, retrasámonos en poñelas á venda. Non por mala fe, senón por falta de recursos. Perderon moito valor e é unha pena e unha responsabilidade», añade Gómez.
Los ingresos que obtienen con la venta de las propiedades se emplean en mantener el patrimonio diocesano y para acción social, ya sea para financiar las actividades de Cáritas, de Manos Unidas o del comedor social de San Froilán.
Desde una casa por 45.000 euros en O Corgo, a bienes en Quiroga o Vila de Cruces
En estos momentos, la Diócesis de Lugo tiene varias rectorales a la venta. Una de ellas es la de San Fiz de Paradela, en el Concello de O Corgo, que lleva más de un lustro con el cartel de se vende y cuyo precio se fijó en su día en 45.000 euros. La vivienda, muy deteriorada, tiene dos plantas y una parcela anexa y se sitúa justo al lado de la iglesia de la aldea.
Según explican los vecinos, hace más de dos décadas que no está habitada y eso ha pesado en su conservación. De hecho, el alero de una de las fachadas está apuntalado.
«Coas reitorais pasa exactamente o mesmo que coas demais propiedades rurais, hai pobos nos que hai moita demanda e outros nos que ninguén ten interese. É un mercado moi complexo e que non responde claramente a ningunha explicación», describe Manuel Pérez, de la Inmobiliaria Cholo, que tiene a la venta varias propiedades de este tipo.
En Santo Estevo de Farnadeiros, también en O Corgo, también se puso a la venta hace años otra rectoral de dos plantas, amplia y con finca anexa. Según explican los vecinos, en este caso ya se vendió, pero hasta el momento no se ha rehabilitado.
Además de estas propiedades están a la venta rectorales en Fisteus, en el municipio de Quiroga; en Monforte; en Losón, en el concello pontevedrés de Vila de Cruces; o en Rairiz, en el municipio coruñés de Santiso.
Procedimiento de venta
A la hora de vender alguna propiedad, la Diócesis de Lugo apuesta por un procedimiento un poco más complejo que el habitual, en aras de la transparencia. Lo explica Miguel Gómez. «Se alguén se interesa por unha casa e o cura cre que é oportuna a súa venda, estudámolo a nivel de Diocese, miramos cal é a súa situación e pedimos unha taxación. Con esa taxación dicímoslle a unha inmobiliaria que poña á venda esa casa ou finca, e pon cartel e informa do prezo de saída aos posibles interesados». El siguiente paso es que esos posibles compradores hagan una oferta por la propiedad en sobre cerrado. «Deixamos un mes, a inmobiliaria recolle os sobres e despois entréganolos a nós. Eles non venden nin abren. Nós abrímolo, se a oferta é polo prezo de saída, está claro, se é superior, tamén. E se é inferior, valoramos se é un prezo razoable. Se é moi inferior, queda deserto», describe Gómez.
En muchas ocasiones la iniciativa parte de vecinos que conocen la propiedad y que pueden ser los más interesados.
