La decisión de seguir excavando a más profundidad supondría abrir un melón de consecuencias aún por descubrir. Cuando se hizo la excavación del Vicerreitorado, las prisas por abrir el edificio el edificio universitario y los problemas con las licencias municipales provocaron que la excavación se acotase a lo que hoy vemos en la Domus do Mitreo. Por este motivo, algunos historiadores y arqueólogos consideran que más de 20 años después se debería ampliar el estudio.
Si se hiciesen unas catas a más profundidad y se documentasen importantes restos romanos, obligaría a las Administraciones a tener que tomar una decisión de gran calado: qué se haría con los hallazgos, cuánto dinero estarían dispuestas a invertir para su musealización si tuviesen interés y, no menos importante, cuánto tiempo llevaría ejecutar las obras. Hay que recordar que desde que la radial abrió en el solar donde luego apareció el Mitreo hasta el día que se abrió al público, pasaron la friolera de 13 años. ¿Estarían dispuestos el Concello, la Xunta y el Obispado a tener, al menos, una década cerrado el atrio de la Catedral de Lugo en pleno bum turístico de la ciudad?