La Audiencia de Lugo condena a ocho años y medio de prisión a un acusado de abusar sexualmente de una mujer en una lavandería

La Voz LUGO

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El edificio de la Audiencia Provincial de Lugo.
El edificio de la Audiencia Provincial de Lugo. ALBERTO LÓPEZ

La mujer tiene una discapacidad reconocida del 66 por ciento

11 ene 2022 . Actualizado a las 20:56 h.

La Sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo condenó este martes a ocho años y medio de prisión a un acusado de abusar sexualmente de forma continuada de una mujer en una lavandería. La víctima tiene diagnosticada una discapacidad intelectual y de desarrollo psicológico y madurativo del 65,5 %, según la sentencia. Según el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), al hombre se le ha impuesto también la prohibición de acercarse al domicilio y centro de estudios o lugar de trabajo de la víctima, o a cualquier otra zona que frecuente a menos de 300 metros, y de comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento durante el plazo de 10 años. Además, el condenado deberá indemnizarla con 8.000 euros por los daños causados.

Se aprovechó de la víctima

Los jueces destacan en la sentencia que el acusado «aprovechando la mayor vulnerabilidad de la víctima, derivada de su discapacidad mental, logró que acudiese a un lugar en el que podía desarrollar su propósito». La sentencia ratifica que la mujer está diagnosticada de discapacidad intelectual leve y tiene un nivel de desarrollo psicológico y madurativo inferior, lo que influye en su forma de expresarse y su relación con el entorno. Eso resulta apreciable, añade, «desde un primer momento» en el trato con la misma.

Añade el relato de los hechos que el condenado, «consciente de dicha situación de discapacidad y de su mayor debilidad», fue «intimando» con ella en 2019, le dirigió expresiones obscenas y «logró que en al menos dos ocasiones» ella accediese a la lavandería propiedad de su hijo y, en la parte de atrás, tras sentarse en una silla, le hizo tocamientos en zona vaginal y pechos, además de introducirle un dedo en la vagina. El escrito explica que la víctima «insistió en que, a ella, desnudarse le parecía mal, y que se quería marchar, pero que él no le dejaba».

La sentencia también recoge que la víctima se negó a tocarle a él y que nunca accedió a sus tocamientos, tratando de apartarle hasta lograr marcharse de la lavandería.