Raquel Pardo, escritora de Lugo: «Las farmacias dan para muchísimas anécdotas»

Laura López LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Raquel Pardo, autora del libro «Boticaria confinada»
Raquel Pardo, autora del libro «Boticaria confinada» OSCAR CELA

Esta auxiliar de Farmacia publica su segunda novela, «Boticaria confinada», que cuenta con humor la historia de una farmacéutica desquiciada

30 nov 2021 . Actualizado a las 09:40 h.

Tras el éxito de Boticaria de pueblo, cuya primera edición está a punto de agotarse, Raquel Pardo (Lugo, 1989), ha decidido continuar creando nuevas aventuras para su protagonista, Inés, y darles forma en su segunda novela, Boticaria confinada. Auxiliar de farmacia en Lugo, técnico de Radioterapia y auxiliar de Enfermería, ha conseguido también hacer realidad otra de sus pasiones: la escritura. Su segundo libro salió ayer a la venta en la web del editor, alejandrorobledillo.com, y pronto estará también disponible en librerías.

—¿Por qué decidió seguir la historia de Inés, la boticaria protagonista del primer libro?

—La publicación del primer libro me pilló, de casualidad, en pleno confinamiento. En ese momento seguí escribiendo, también a modo de terapia y para sacar todo lo que tenía retenido en mi interior. Lo hice con pequeños relatos en mi blog (https://boticariadepueblo.wordpress.com/), continuando con la historia de Inés, una boticaria urbanita que acaba en una farmacia del rural lucense y que, ahora, haciendo un salto en el tiempo, tenía que vivir el confinamiento. En los relatos fui contando anécdotas que me pasaban en la farmacia durante el confinamiento, y tuvieron mucho éxito, la gente me escribía para comentarlo, para felicitarme... Y el editor, Alejandro Robledillo, me recomendó que construyera una historia lineal, con principio y final, para publicar.

—¿Está también escrito en clave de humor?

—Sí, son anécdotas que pasaron en la farmacia y también en el día a día del confinamiento, todo lo que cuento tiene algo de real. Por eso quise también retrasar un poco la publicación, para darle un respiro al lector y poder ahora, con el tiempo, reírnos un poco. Creo que todos llegamos a hacer en el confinamiento algo ridículo, y el que diga lo contrario, miente.

—¿Qué tipo de anécdotas encontrará el lector?

—Las farmacias dan para muchísimas anécdotas. Y en el confinamiento, aún más. Realmente lo que presento es a una boticaria desquiciada al extremo, es una caricatura de mí, que también estaba desquiciada por la situación. En casa estaba sola, con la perra, porque mi novio estaba empadronado en A Coruña; en la farmacia, trabajaba solo junto a un compañero, para no mezclarnos... A esto hay que sumar algunas situaciones que vivía en la farmacia y que ahora, con el tiempo, nos hacen reír: gente que venía a la farmacia solo a por caramelos y pedían tique por si los paraba la policía, gente que venía a charlar, o la desbandada que se producía en la farmacia si entraba un chino; y yo pensaba: pero si son más gallegos que algunos de vosotros, pero fueron de estas situaciones ridículas que se vivieron.

—¿Habrá una tercera entrega de las aventuras de Inés?

—Seguro. Ahora estoy centrada en la promoción del segundo libro, pero continuará la historia, daría hasta para una película.