Hasta 22 años de cárcel por abusar de su novia y obligarla a prostituirse: «Me amenazó con matarme si lo denunciaba»

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El sospechoso es un vecino de Lugo con gran cantidad de antecedentes por delitos similares, y la acusación afirma que obligaba a su pareja a mantener relaciones al menos dos veces cada día

27 nov 2021 . Actualizado a las 16:59 h.

Durante unos minutos, solamente un biombo de plástico separó ayer a un vecino de Lugo y a la mujer a la que, presuntamente, violó en repetidas ocasiones durante años. La Audiencia Provincial fue escenario del juicio en el que se piden hasta 22 años de cárcel para N. S., que acumula gran cantidad de antecedentes penales. La Fiscalía lo considera autor de varios delitos de amenazas, agresión sexual, malos tratos, vejaciones injustas y maltrato habitual.

En realidad, son dos los hombres que se sientan en el banquillo. Además, de N. S., también se piden 21 meses de cárcel por un delito de explotación sexual — que la acusación particular también le imputa a N. S— para I. C. El letrado acusa a I. C. de «vigilar a la víctima mientras ejercía la prostitución». En total, N. S. se enfrenta a 22 años de cárcel, solicitados por la acusación particular, o a 17, los propuestos por la fiscal.

La supuesta actividad laboral de la presunta víctima fue uno de los pilares centrales del juicio. Tal y como propone la Fiscalía, la mujer, que testificó ayer separada por un biombo de los acusados, explicó que N. S., quien fue su pareja durante más de un lustro, la habría «obligado a ejercer la prostitución» y la habría sometido «a abusos sexuales casi a diario» durante años. La víctima y el principal acusado se conocieron en Valencia. Luego, se trasladaron juntos a Lugo, donde, según ella, él «abusaba de mí al menos dos veces al día» en una casa abandonada de la Rúa Alcalde Xosé Novo Freire.

La vivienda de la Rúa Alcalde Xosé Novo Freire en la que supuestamente habrían abusado de la denunciante.
La vivienda de la Rúa Alcalde Xosé Novo Freire en la que supuestamente habrían abusado de la denunciante. Óscar Cela

Según la denunciante, N. S. la «obligaba a prostituirse» en la zona del O Carme, junto a la Porta Miñá, en Lugo. La víctima explicó que «él quería ser el primero y el último en tener relaciones conmigo cada día, para demostrar el dominio que tenía sobre mí», insistiendo en que la forzaba a acostarse con él antes de comenzar su jornada de prostitución y una vez la terminaba.

El papel del otro acusado, I. C., según la acusación particular, era el de «vigilar» a la víctima en su jornada diaria. Esta ratificó esa versión, pero llegó a decir que I. C. no era más que «una víctima» de N. S., ya que «le tenía miedo y hacía lo que le ordenaba». La Fiscalía no acusa de ningún delito a I. C. 

La mujer afirmó que N. S. «me dejaba y me iba a recoger al lugar donde me tenía que prostituir, porque no confiaba en que fuera sola por si me escapaba», aunque los dos acusados negaron haber forzado a la denunciante a ejercer esa actividad o haberla vigilado mientras lo hacía.

Una paliza, origen del juicio

El episodio que desencadenó la denuncia ocurrió el 15 de mayo del 2019. Según la denunciante, tras «enfrentarme a él y decirle que quería dejar la relación y dejar de prostituirme para él», este le propinó una brutal paliza en plena calle, en las inmediaciones de la plaza de la Igrexa do Carme. «Fue a pegarme en la cara, porque siempre decía que me iba a desfigurar si me negaba a prostituirme, y a los riñones, porque sabe que tengo un problema renal y que un golpe ahí me podía hacer muchísimo daño», afirmó ella. 

Según su versión, fue él quien le provocó unas importantes heridas en el rostro, por las que necesitó ser trasladada al HULA. «Él siempre me amenazaba con partirme la cara ‘para que nadie me quisiera', y con matarme si lo denunciaba», dijo la víctima. «Yo sabía de lo que era capaz porque había visto como casi mataba a una amiga mía hacía años. Le tenía pánico», afirmó la mujer.

Según ella, el acusado le decía que «era mi obligación acostarme con él aunque no quisiera, porque era de su propiedad». Ella explicó que, tras unos días residiendo juntos en un hostal del centro de la ciudad -donde abusó de ella en repetidas ocasiones-, luego se trasladaron a la casa abandonada de Alcalde Xosé Novo Freire, donde el maltrato continuaría. 

N.S. se declaró inocente ante el tribunal. Solamente respondió a las preguntas de su abogado, ante el que explicó que «ella se dedicaba a la prostitución de forma voluntaria desde mucho antes de conocerlo». Admitió haber mantenido relaciones con la denunciante en la semana anterior al día de los hechos, pero negó haber abusado sexualmente de ella y haberle propinado una paliza.

Explicó que solamente se vieron durante unos días puntuales, la semana antes del día de los hechos, ya que él había salido recientemente de prisión y ella estaba residiendo en Valencia. «Cuando se enteró de que salí de la cárcel, me llamó y me dijo 'voy para allá'. Fue ella la que quiso que nos viéramos», afirmó. Ella, sin embargo, explicó que fue el acusado quien la amenazó para que se trasladase a Lugo. Él comentó que, en más de cinco años de relación, «jamás tuvimos ningún problema».

Afirmó que no vivían juntos, y que ella tenía un piso en la ciudad, el cual usaba para ejercer la prostitución. «Temo que venga a matarme si sale libre del juicio, y tengo miedo también si sale condenado porque sé que vendrá a por mí cuando salga de la cárcel», llegó a decir la denunciante.

El lunes tendrá lugar la segunda y última sesión del juicio, con más declaraciones y las conclusiones de ambas partes.