Los técnicos estudian cómo eliminar el gran texto escrito en la Praza de Santa María y avanzan un coste elevado y horas de trabajo

suso varela
Primera promoción de Xornalismo en la USC. Trabajo desde febrero del 2000 en La Voz de Galicia, en la delegación de Lugo. Escribo sobre infraestructuras (autovías, carreteras, ferrocarril, obras públicas), política, demografía y temas relacionados con patrimonio histórico y cultural. También soy crítico de cine. Tengo un espacio en RadioVoz Lugo: Lugocinema

Los vecinos de Lugo pudieron comprobar en la mañana del martes cómo el entorno de la Catedral se hallaba de nuevo con pintadas, en esta ocasión en el suelo de la Praza de Santa María, delante de la escalinata del Palacio Episcopal. Se trata de una nueva agresión con espray al patrimonio lucense, que tuvo hace un año otro episodio similar cuando varias paredes del templo aparecieron con pintadas.

El Concello dispone de una brigada específica de Urbaser para la limpieza de grafitis. Tres operarios se suelen encargar de estas tareas, siempre a demanda de las comunidades de vecinos que lo pueden reclamar y cuyo servicio es gratuito.

En el caso de espacios monumentales el trabajo es diferente al tener que actuar sobre patrimonio protegido y por el tipo de material de construcción. En un primer momento realizan una inspección del lugar valorando, entre otras cuestiones, que tipo de construcción es la afectada y el material empleado en el acto vandálico. Para proceder a la limpieza, sin causar daños al bien patrimonial, Urbaser necesita, como mínimo, una hora de trabajo para actuar en una superficie de dos metros cuadrados, siendo en ocasiones muy complicado llegar a eliminar definitivamente las tintas o productos químicos empleados por los autores de las pintadas.

Cuando se trata de pintura, la brigada de Urbaser suele actuar lo antes posible para evitar la penetración a capas más profundas de la piedra, usando agua a la menor presión y distancia posible para que sea efectiva la retirada y no afectar a elementos patrimoniales. La de este martes, al haber sido usado un espray de color rojo, por el momento no ha sido borrada. Los técnicos analizan cuál va a ser el mejor método para su eliminación.

Pintadas hechas en la Praza de Santa María de Lugo
Pintadas hechas en la Praza de Santa María de Lugo ALBERTO LÓPEZ

A raíz de las pintadas que aparecieron hace un año en las paredes de la Catedral el Concello quiere ser aún más cuidadoso en la limpieza de estos manchones. Incluso a la futura concesionaria del servicio de limpieza se le pedirá que utilice una máquina de vapor para eliminar los grafitis.

El fabriquero de la Catedral, César Carnero, apuntó hace unos meses que «as pintadas e o vandalismo son a cruz que temos as cidades históricas como Lugo e os edificios deste tipo. Paréceme inconcibible que a estas alturas suceda isto. Unha agresión con estes produtos a estes materiais resultan moi dañinos».

La Xunta, por ejemplo, en las pintadas que aparecen en la Muralla prevé la limpieza de la piedra con cepillo y agua en los elementos verticales y horizontales. También un tratamiento antigrafiti (suelen ser muy caros) en función de la tipología de la pintura. Si es necesario frotar, se usa un cepillo de raíces o alambre, dependiendo del tipo de piedra, eliminando manchas y residuos.

En el caso de Lugo, los vecinos que han visto como sus propiedades han sido atacadas por los vándalos, pueden solicitar el servicio de limpieza. Es necesario cubrir el impreso que figura en un enlace de la web del ayuntamiento. Debiendo acercar la solicitud debidamente cumplimentada y la documentación acreditativa de la propiedad o representación de la comunidad de propietarias y propietarios del edificio.

El PP reclama más cámaras de vigilancia

El viceportavoz del PP de Lugo, Antonio Ameijide, volvió a reclamar al gobierno local que tome medidas para evitar este tipo de actos vandálicos que afean y dañan la imagen de la ciudad. El concejal popular reclama que se instalen cámaras de videovigilancia para poder conocer a los autores de estos daños o para disuadir a posibles autores de hechos similares.

En el caso de las pintadas que se pueden ver ahora en la plaza y en la escalinata, el autor o autores utilizaron un espray rojo. «Se queremos que o casco histórico sexa Patrimonio da Humanidade non podemos permitir que se repitan estes actos vandálicos», dijo Ameijide, recordando que las paredes de la Catedral sufrieron pintadas el pasado año.