lorena garcía calvo
Hace 300 años los maestros Fray Gabriel de las Casas y Fernando de Casas Novoa fueron los encargados de dirigir la construcción del claustro barroco de la Catedral de Lugo. Dieron vida a un imponente patio que transformó el entorno y que implicó también cambios en el propio templo. Decidieron cegar las ventanas y la puerta románica que conectaban el antiguo corredor con la nave derecha de la Catedral, llamada la nave de la Epístola, atendiendo a las necesidades que en aquel momento existían.
Tres siglos después, esa puerta románica puede salir de nuevo a la luz. El proyecto de restauración del claustro, que la Xunta de Galicia ejecutará en los próximos meses, contempla desmontar una parte del muro barroco para dejar de nuevo a la luz la puerta románica, que data del siglo XIII. «Tapiaríase, probablemente, sobre o 1708, aproximadamente. Fernando de Casas decidiu macizar o espazo que había entre os contrafortes, pechando así a porta e as fiestras», describe el responsable de patrimonio de la diócesis lucense, César Carnero.