Los expertos coinciden: los ataques nacen del miedo de los propios animales
01 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El pasado lunes, la Policía Local de Lugo notificó en uno de sus informes la agresión que había perpetrado un perro de raza pitbull hacia otro animal y el acompañante de su dueño. Sucedió en la Avenida de Madrid, en Lugo, y la persona atacada tuvo que pasar por urgencias tras recibir un mordisco en una mano. Esta situación reabrió un debate que lleva años en la calle: ¿Son los perros de las razas calificadas como «PPP» -Perros Potencialmente Peligrosos- una amenaza para el resto de ciudadanos? Aunque la historia haya creado una mala fama alrededor de los canes de estas razas, los expertos coinciden: la raza del animal no influye en su comportamiento o en su agresividad. Lo que determina esas actitudes es la educación que le hayan dado sus dueños.
«Yo creo que determinadas razas de perro no son para cualquiera. Hay que ser consciente de que cada una tiene sus diferencias y que hay perros que necesitan más atención». Así arranca su relato Víctor, un tatuador y exmilitar afincado en Lugo, y también experto en perros. Se encarga de adoptar perros que vienen de dueños que los tenían desatendidos o en condiciones perjudiciales para ellos, y los tiene en su casa de Lugo a la espera de que alguien se busque un nuevo hogar.
«Es obvio que los PPP son animales más fuertes, más pesados, y con una mordida más potente, pero eso no quiere decir que sean peligrosos. Ningún perro es peligroso si está bien educado», dice. Víctor aboga por seguir el ejemplo de Alemania, donde «se hacen exámenes para comprobar que uno está listo para adoptar un perro, y yo creo que en España nos dirigimos hacia esa política también». Finaliza explicando que «a los perros pequeños se les pasa todo, aunque sean muy agresivos, y a los grandes o con aspecto más amenazante se les estigmatiza».
«Su mala fama es injusta»
Una de las escuelas de adiestramiento de perros punteras en Lugo es la Canedupo. Su gerente, Félix Fernández, lleva años trabajando con estos animales. Se suma a la opinión de Víctor, y añade que «los perros que más muerden no son los PPP, sino los aparentemente inofensivos que los dueños ni se molestan en educar». Concluye diciendo que «acabará instaurándose un carné, como el de conducir, pero para tener perro».