Carlos Villamor: «El atletismo me dio muchas cosas y es una gran ayuda a nivel mental»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Villamor afirma que Jesús España, al que conoció en la Residencia Blume, es una figura que admira
Villamor afirma que Jesús España, al que conoció en la Residencia Blume, es una figura que admira CEDIDA

Subraya que el deporte de Lugo tiene una importante deuda con Mariano Castiñeira

23 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Carlos Villamor cursaba la ESO en el colegio de los Maristas de Lugo ciudad y era aficionado al fútbol y al atletismo. Un profesor organizó una carrera, la ganó y en el curso siguiente se apuntó en el equipo de atletismo del centro. El entrenador, Luis Fernández, formaba parte del grupo de Mariano Castiñeira.

La actividad deportiva del joven dejó atrás el fútbol y el tenis, deportes que practicaba, para centrarse en el atletismo. El comienzo fue intenso: en su primer año fue séptimo en el Campeonato de España de cros. La estancia en la Residencia Blume, de Madrid, y la participación en competiciones internacionales acabaron por ser las siguientes etapas de una trayectoria destacada en los 5.000 metros.

—¿Qué mueve a un niño a escoger el atletismo frente a otros deportes?

—Empecé en el atletismo por casualidad. El profesor Roberto Pedrouzo me animó a correr. Gané esa carrera, lo que me supuso una gran alegría y me dio ganas de más. Que se me diese bien el atletismo fue un estímulo, ya que yo no tenía ningún referente en el atletismo. Si tenía algún póster en la habitación, era de tenistas. Las circunstancias me llevaron al atletismo.

—¿Se ha arrepentido alguna vez de ese cambio?

—No. El atletismo me dio muchas cosas, experiencias muy gratas. Es un deporte que ayuda mucho a nivel mental, y además viajé mucho y conocí a bastante gente: en el tenis, no habría tenido esas oportunidades. Todo lo que vino después es algo que se queda para siempre.

—Un deportista puede ganar dinero, mucho o poco, en algunas modalidades. En el atletismo es más difícil esa situación. ¿Se necesita más fortaleza mental para resistir?

—Con 23 años acabé la carrera e hice un máster. Con 24 me ofrecieron un trabajo en Lugo. En el 2009, en plena crisis, tuve que elegir entre un trabajo o arriesgar un año para llegar a la élite del atletismo. Me quedé con el trabajo; había un riesgo muy grande y un precio muy alto si salía mal. Sabía que renunciaba a aspirar a grandes éxitos, porque el atletismo exige muchas horas de trabajo diario, unas tres o cuatro si hay dos sesiones, pero además exige descanso, que es algo que no se conoce desde fuera. Entrenarse después de ocho horas de trabajo diario no es lo mismo. No me arrepiento, aunque tampoco sé qué habría ocurrido de haber seguido en el deporte al cien por cien.

—¿Se es atleta siempre, aunque se reduzca el nivel de exigencia y se rebaje la intensidad?

—Sí. Nunca he dejado de correr, aunque he bajado el nivel de entrenamientos: he pasado de unas diez sesiones por semana a tres o cuatro, que son las que hago ahora. Sigo intentando sacar tiempo para preparar un maratón, que es algo que nunca he corrido. Mariano Castiñeira decía que el que es atleta lo es para toda la vida, y yo necesito salir a correr: si no lo hago, me falta algo. Cuando preparaba la oposición, necesitaba un hueco entre salir de trabajar y ponerme a estudiar. Correr es algo que me libera.

—¿Cuánto se le debe en Lugo a una figura como la de Mariano Castiñeira?

—El atletismo lucense le debe muchísimo: era una persona entregada al deporte en general y al atletismo en particular sin pedir nada a cambio. Hacía eso por amor, con pasión, y así lo transmitía. Cuando alguien siente esa pasión por algo que hace y lo transmite, acaba llegando a la gente. Yo soy y seré siempre atleta por Mariano Castiñeira.

—Usted se dedicó a las carreras de fondo. ¿Escogió esa especialidad por algunas características o fue algo casi casual?

—En mi caso fue más bien algo impuesto, porque el inicio del atletismo me cogió con unos catorce años: corrí una prueba de cros y se me dio bien. A los niños de cinco o seis años, en cambio, se les pueden dar oportunidades para que prueben varias opciones y luego escojan. Si se empieza joven en el atletismo, se puede elegir.

«Que Adrián Ben haya llegado a ese nivel es ilusionante para el atletismo lucense y gallego»

Unos juegos olímpicos ponen en el primer plano mediático deportes como el atletismo, cuyas retransmisiones acaban enganchando incluso a quienes no lo practican o no lo siguen asiduamente. A Carlos Villamor no le desagrada sentarse ante el televisor para ver algunas competiciones, aunque subraya que ver una prueba vista en directo permite captar muchos más matices. También reconoce que no le queda una espina clavada por no haberse iniciado antes en este deporte.

—¿Qué cuesta más, elegir el atletismo frente a otros deportes o dejarlo?

—Creo que es más complicado dejarlo; pero, por lo menos, te queda el hábito de ir a correr.

—¿Cómo se puede animar a un niño a correr en lugar de practicar otros deportes?

—No hay que animarlo. Hay que ponerlo a jugar y a disfrutar, es cuestión de probar. Con cinco o seis años, a los niños les gusta correr y saltar, y eso es lo que hacen. Hay que animar a los padres a que sus hijos hagan deporte.

—¿Qué siente si ve gente que sale a correr o a caminar para hacer ejercicio?

—Es algo que me gusta. Cuando era pequeño y salía a correr, la gente me miraba algo extrañada. Hoy ya se da otra imagen. Creo que la gente que hace deporte al salir de trabajar se libera de una carga de estrés, porque el deporte es salud.

—¿Ayuda Adrián Ben a popularizar el atletismo?

—Sí. Si lo ves en la televisión, compitiendo al máximo nivel [fue quinto en la final olímpica de 800 metros] y si lo ves entrenando al lado de casa, los niños se dan cuenta de que es posible, de que ellos también pueden llegar ahí. Que haya llegado a ese nivel alguien como él es algo ilusionante para el atletismo lucense y para el atletismo gallego.

El perfil

Inicio.

Carlos Villamor nació en Lugo en 1985. Empezó su relación con el atletismo en el colegio de los Maristas.

Evolución.

El Lucus, el Lleida, el Camargo (de Cantabria), la Sociedad Gimnástica Pontevedresa y O Barco fueron sus equipos. Ahora forma parte, de nuevo, del Lucus. Estuvo en la Residencia Blume (Madrid) con una beca.

Actualidad.

Estudió Biología Molecular, es profesor de Secundaria y vive en Lugo.