Denuncia que una médica no la atendió en el ambulatorio de Fingoi por ser gitana

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Ruth León Gabarri es una conocida activista gitana, residente en Lugo.
Ruth León Gabarri es una conocida activista gitana, residente en Lugo. ALBERTO LÓPEZ

La presunta víctima asegura que la profesional se negó al ver su apellido

06 ago 2021 . Actualizado a las 01:54 h.

«No es un episodio aislado, así que no queda otra que denunciar para que, algún día, estas cosas dejen de pasar». Así resume Ruth León Gabarri el episodio que vivió en la madrugada del pasado domingo en el centro médico de Fingoi, en Lugo. Lo que allí ocurrió terminaría provocando que la mujer acudiese a la comisaría de la Policía Nacional para poner una denuncia contra una doctora del PAC, acusándola de negarse a darle atención sanitaria por ser de etnia gitana.

Todo comenzó el domingo pasado, por la noche. León, activista por los derechos del pueblo gitano desde hace años, empezó a sentirse mal, «con algo de dolor de cabeza, pero sobre todo con una taquicardia importante». Intentó paliar la ansiedad tomando un relajante muscular, pero fue inútil, por lo que le pidió a su pareja que la llevase al servicio de urgencias del centro médico de Fingoi.

Una vez allí, la sometieron a una prueba de detección del covid-19 por precaución, antes de atenderla por el motivo por el que había acudido al centro. Sin embargo, la llamada que recibió mientras esperaba en su coche al resultado del test fue el origen de su denuncia. «La doctora me llamó al móvil. Desde la primera frase, me empezó a chillar. Me preguntó que qué me pasaba, pero no me dejaba ni contestar. Fue muy desagradable», explica. Sin embargo, «lo peor fue lo que vino a partir de ahí», dice.

«Me gritó que ya estaba cansada de estar todo el día atendiendo a ‘mis compañeros’. Como no es la primera vez que me pasa, yo ya me imaginé a qué se refería: a que soy gitana». Según la denunciante, la doctora, al ver que se apellidaba Gabarri —un apellido común entre los vecinos gitanos de Lugo— le espetó que «los gitanos sois todos iguales, no entendéis nada, hacéis lo que os da la gana. ¿Sabéis cuánto vale hacer una PCR?».

A casa sin ser atendida

Entonces, la paciente decidió que volvería al centro para poner una reclamación. «Entré otra vez en el PAC, con el móvil en altavoz, para que todos los presentes escucharan cómo la doctora que los iba a atender me chillaba por el teléfono», cuenta. «Le pedí su número de colegiada, para poder reclamar contra ella en concreto, pero se negó a dármelo», explica. Entonces, y tras unos minutos de gran tensión, le colgó. Ella puso la reclamación pertinente y volvió a su domicilio, sin ser atendida. En la mañana siguiente, acudió a comisaría para poner la denuncia. La situación, por el momento, no cuenta con novedades a nivel judicial.

La portavoz del Sergas en Lugo niega la discriminación: «Es improbable que no fuese tratada»

La responsable de prensa del Sergas en Lugo explicó ayer que «es muy improbable que no fuera atendida por ser gitana, ya que cada día pasan muchos por el centro médico y son atendidos sin ningún problema». Niega, por lo tanto, el incidente, pero se disculpa ante la mujer por si pudo «sentirse ofendida» por el trato de alguna de las trabajadoras del centro.

Ruth León explica que nunca había tenido ningún problema en el centro médico, al que acudió muchas veces con anterioridad. Sin embargo, sí que vivió un episodio similar en una conocida perfumería de Lugo, en donde, según su testimonio, «me persiguieron por la tienda, como si temieran que fuese a robar algo».

Dice agradecer el apoyo recibido a lo largo de esta semana, e insiste en que «el antigitanismo sigue siendo un gran problema social. Se basa en la inferioridad racial, en la discriminación institucional y en la estigmatización. Hay que trabajar para acabar con esto».