«La nostalgia en la cara de la gente vale oro»

PAULA ARROJO / M.G. LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

Tras más de una década, la única tienda «vintage» de Lugo continúa vendiendo ropa que no pasa de moda

25 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En pleno barrio de la Residencia, en la calle Serra Gañidoira, encontramos una antigua quesería reconvertida en una tienda vintage: la Fruslería de Madame Déficit. Nada más abrir la puerta de estos grandes almacenes, la mente del cliente experimenta un viaje temporal a través del aluvión de prendas de ropa y objetos curiosos que decoran la totalidad del garaje.

Entre los percheros y las estanterías de esta «tienda de moda antigua, que no de ropa vieja», como bien puntualizan sus propietarios, Laura Coroas y Jesús Cendán, es posible encontrar desde una chaqueta rescatada del 11-S hasta una colección de gafas fechadas entre los años 40 y los años 90, o incluso unas zapatillas de la marca Buffalo con 30 centímetros de plataforma, idénticas a las que lucían algunas de las Spice Girls en sus conciertos. Estas piezas forman parte de una gran colección de moda vintage que resulta imposible exponer en su totalidad, por lo que mucha de ella está almacenada.

La prenda más antigua de los almacenes, según explica Coroas, «es una chaqueta de majorette que data de finales del siglo XIX». Pero no es solo la cantidad de años que ha pasado por un artículo lo que determina su valor, sino que muchos de ellos son auténticas piezas de coleccionista que incluso se encuentran fuera de stock. La responsable de la tienda se lamenta de que las prendas más demandadas sean de marcas populares como Nike, Adidas, Champion, Fila, ...: «Me da pena que tengamos ropa deportiva increíble y aún así la gente solo se fije en la marca. Igual hay un chándal de los años 70 imposible de conseguir, pero van a ver antes la sudadera de Adidas de al lado. Además, nosotros compramos prenda por prenda, no por kilos, lo que aumenta su valor».

El nacimiento de este proyecto se fraguó en festivales de música gallegos de la talla del Resurrection Fest o del PortAmérica. Entre música y campistas, esta pareja lucense decidió estabilizar su negocio, al principio ubicándolo en su propia casa, para años más tarde trasladarse a un local del Campo Castelo. Tras la cuarentena, decidieron establecer el negocio en el garaje actual.

Los inicios fueron complicados para la pareja debido a los prejuicios existentes con respecto a la ropa de segunda mano. «Mucha gente piensa que la ropa está usada y eso les frena a la hora de comprarla, cuando la realidad es que mucha de ella puede ser de hace cincuenta años pero está sin estrenar, y perfectamente cuidada», defiende Cendán.

A día de hoy, la gente cada vez encuentra más anecdótico que la ropa sea de segunda mano: «No todos tenemos por qué adaptarnos a los cambios al mismo tiempo. Ahora las madres entran con sus hijas y son ellas las que tienen que explicarles que mucha ropa está nueva, aunque sea antigua. Entonces dicen: ‘Pero si este polo es como el que tenía tu abuelo, y está perfecto'. Observar la nostalgia en la cara de la gente vale oro», confiesa Coroas.

Toda la mercancía que llega a Madame Déficit lo hace a través de un distribuidor italiano, pero procede de todas las partes del mundo. Una vez en la tienda, la ropa se organiza por categorías, «nunca por género, ya que no creemos que la ropa deba tenerlo».

 

el reto de las redes sociales

Al preguntarle por los artículos que más persiguen, la pareja afirma: «Siempre vamos a intentar conseguir lo que la gente quiera, es decir, si mañana alguien entra y nos pide pinzas para calcetines, en cuanto salga por la puerta vamos a buscar en Internet donde comprarlas. Aprendemos continuamente, nuestro gusto no tiene por qué ser el mejor, ni mucho menos».

A largo plazo, Cendán admite que su asignatura pendiente son las redes sociales: «No sabemos gestionarlas, pero nos cuesta mucho delegar. Hace tiempo contratamos una página web, pero la vimos tan densa que decidimos no utilizarla», a lo que su pareja añade: «Tenemos una cuenta de Instagram pero casi no la utilizamos. Llegamos a la tienda y disfrutamos tanto con la ropa que pasan los días y ni nos acordamos de sacar fotos. Preferimos ver las reacciones de la gente al entrar en la tienda que todos los seguidores que podamos conseguir en Instagram».

clientes más allá DE galicia

Pese a su escasa presencia en redes sociales, la clientela de Madame Déficit es de lo más variopinta y mucha procede de fuera de la ciudad amurallada. Los dueños afirman: «Nos ha visitado gente de Becerreá, Melide, Ourense..., pero también de Barcelona o de Canarias, que igual van a las Rías Baixas, pero nos ven en Internet y se desvían para echarle un vistazo a la tienda». Aun así, Coroas confiesa que «si consigo atrapar a la gente de Lugo, no necesito más».

A día de hoy, Madame Déficit es la única tienda vintage de Lugo, pero en los años 90 las pioneras Retrovisión y Gata Remendada fueron las que abrieron el camino de la moda antigua en la ciudad. «Nos gustaría que hubiese muchas más tiendas dedicadas a este sector, ya que podríamos ayudarnos entre nosotras», explica Cendán.

 La pasión de esta pareja por la moda antigua es el motor que les impulsa a continuar trabajando, y no tanto la compensación económica que puedan obtener con su negocio: «Nos pasamos el día intentando conseguir artículos imposibles, pero lo hacemos porque nos divertimos. Después igual vendemos a diez euros un artículo que nos ha costado la vida que llegase a nuestras manos, pero lo bonito es el proceso, merece la pena».